Celebrando Shabat, con alegría

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Yeshua y el Shabat
El Mesías tenía la santa costumbre de guardar el Día de Reposo en la Sinagoga con sus Discípulos. Guardar el Shabat es parte inseparable de la Cultura del Reino. Servir en Labranza de Dios es un compromiso que exige fidelidad a cada reunión, para honrar al Señor y manifestar la Cultura del Reino en nuestras vidas. Estamos aprendiendo un nuevo estilo práctico de vida, que precisa hacer cambios sinceros. El Mesías nunca faltó a su Santa Convocatoria en el Shabat o Día de Reposo y nunca llegó tarde. ¿No es una contradicción que algunos que se definen como sus Discípulos, tengan la costumbre de faltar cuando lo desean y llegar tarde reiteradamente? ¿Podríamos decir que somos Discípulos del Señor y no hacer lo que El nos manda? Las Escrituras nos enseñan que: Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado (Shabat) entró en la Sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer (Lucas 4.16). La primera Festividad que enseñó Dios a guardar al hombre, fue Shabat (Sábado en castellano). Un verdadero Discípulo del Mesías, guarda el Shabat con todo lo que implica. Aprendemos del Señor que iba a la Sinagoga, hacía las lecturas bíblicas del día y enseñaba.
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En nuestra Bet HaKeneset
Nosotros como Discípulos, dedicamos el Sábado a descansar en el Señor. Desde el viernes en la noche guardamos el Shabat, celebrando "La Bienvenida del Shabat", que en hebreo se dice “Kavalat Shabat”. Cenamos partiendo el pan tal como lo encontramos en el Libro de Hechos y con esa alegría y sencillez empezamos el Día de Reposo. Por la mañana del Sábado vamos a la Congregación y estudiamos las Escrituras. Hacemos las lecturas de la mañana y volvemos a comer juntos. Por la tarde hacemos la separación del Shabat, del día siguiente. De esta manera hemos dedicado 24 horas al Señor; a las Escrituras y a estar juntos en armonía. Es un tiempo muy especial para que la familia esté en el hogar, en la presencia de Dios. Padres, hijos, abuelos y resto de la Familia de Fe, unidos en un mismo espíritu para celebrar Shabat. La Cultura del Reino se manifiesta en lo que decimos creer y en lo que hacemos. Guardar el Shabat es santificar nuestra vida a Dios de una forma bíblica, tal como lo viene haciendo el Pueblo de Dios, de generación en generación. Partir el pan en las casas es una parte de Shabat y de cada comida santificándola con gratitud al Señor. En la práctica nuestro Shabat, continua desde el viernes al atardecer, hasta el primer día de la semana, el Domingo donde en Santa Convocatoria estamos juntos en armonía, alabando el Nombre del Señor.
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