¿EUROPA SUBVENCIONA ODIO?













La Europa del siglo veintiuno, está anclada en el más sórdido pasado, donde el colonialismo imperialista, se trasformó en antisemitismo y este a su vez en un despótico desprecio a Israel como nación soberana. El “Holocausto Europeo” no fue solo en la Alemania nazi, en toda Europa se levantaron las hordas diabólicas contra el judío y su judaísmo, contra su cultura, su conocimiento y su prosperidad.

Alguien podría ingenuamente pensar que esta “postal de realidad” es del pasado y que una moderna Europa ha pasado página a su historia, dejando atrás el antisemitismo. Nuestros mayores, aquellos que han pasado por el más vil y perverso periodo histórico de esta Europa, se llevan las manos a la cabeza y al corazón, horrorizados por lo que ven y sienten hoy en día. Tienen miedo. Las mismas sensaciones que experimentaron en el pasado, las están viendo y sintiendo en el presente. La Europa de entonces se parece cada vez más a la Europa de nuestros días.

Las agresiones antisemitas, los destrozos a los cementerios judíos, los asaltos y quemas de sinagogas y los asesinatos a judíos en último extremo, son la “postal de realidad” en la Europa de hoy. El antisemitismo es una realidad que no debemos pasar por alto. Olvidar el pasado no hará que vivamos un mejor presente, pero si hará que vivamos un peor futuro. Si hay una palabra que se repite, unas veces audiblemente y otras sin mover los labios, es miedo, un incontenible miedo al horror vivido y que podría repetirse en una Europa que subvenciona el odio, sin el menor pudor.

Europa ha anunciado una nueva ayuda de 115 millones de euros, para la causa palestina, que juntamente con otras ayudas directas de la ONU acabará sumando unos 300 millones de euros. Hace apenas tres años la llamada Conferencia de Donantes para Palestina, celebrada en París, recaudó a modo de impuesto revolucionario, una cantidad aproximada de 7.400 millones de dólares, unos 5.154 millones de euros. Los palestinos apelaron a la comunidad internacional para que “continuaran” manteniendo su plan 2008-2011 en la creación de su estado. Alegando una “catástrofe total”, aunque nosotros pensábamos que “catástrofe” se refería a otra, los palestinos lloraron y patalearon para que se “continuara” subvencionando su catastrófica gestión de fondos. El plan sigue adelante por la “subversiva subvención” de Europa entre otros grandes actores del desastre.

Los palestinos presentarán el próximo 20 de Septiembre, una demanda de adhesión y reconocimiento de un estado palestino, con la cooperación necesaria de Europa, que es el mayor donante de dicha causa. ¿Qué está realmente subvencionando Europa, en la inexistente Palestina? ¿Está subvencionando la sanidad o mejorando la educación? Si fuera así, no enseñarían a los niños palestinos a odiar a los judíos, como es notoriamente conocido por todos. El fracaso en la educación es más que evidente en un territorio donde las disputas se resuelven, por medio de ajustes de cuentas entre las bandas palestinas, que se llaman hermanas y que se masacran mutuamente. ¿Qué no harían con sus archienemigos los sionistas?. Europa está subvencionando odio, no educación, que nadie se engañe.

Cada dólar o euro que entra en los “territorios ocupados por los palestinos”, se intensifica, permite y aumenta el irracional odio contra Israel. Cuantos más dólares entren en las arcas secretas palestinas, más aumentará la violencia, el odio y el deseo de destruir a sus vecinos judíos. Las subvenciones son en la práctica una especie de “fondos reservados” que se usan en el adoctrinamiento para el odio, a todo lo que es y representa Israel. Sin “fondos reservados” no se compran balas, bombas o cohetes. No se mantiene un estado policial militarizado antidemocrático. No se compran vehículos oficiales, todoterrenos militares o armamento pesado. Sin subvenciones no se viaja por todo el mundo haciendo campaña de odio contra Israel y hospedándose en exclusivos hoteles.

El Sr. Mahmud Abbas y sus diferentes representantes, escoltas, delegados, recaudadores, “embajadores”, gestores, milicianos, mercaderes y demás miembros con cargos públicos y privados, viajan a costa de todos los europeos, sembrando, para colmo de males, el nombrado odio contra un pueblo al cual harían bien en imitar, si es que pudieran. Lamentablemente las guarderías, escuelas, institutos y universidades son en realidad “madrasas islamistas” subvencionadas por Europa, donde se enseña una sola materia odio, muerte a Israel, a Estados Unidos y a Occidente por este siniestro orden. Europa está tirando piedras contra su propio tejado, cuando subvenciona odio.

Europa se ha convertido en la práctica en el mayor “soporte subvencionador” de odio contra Israel. Además España, tiene el dudoso honor de ser uno de los principales donantes de “fondos sin fondo” a los palestinos, constituyéndose por derecho propio, en el mayor exportador indirecto de odio, juntamente con sus socios europeos. Lejos de ayudar, democratizar y educar, las subvenciones millonarias a los palestinos, generan dividendos de odio, que cotizan a la alza en la bolsa mundial del antisemitismo. La ley moral del hombre tiene valor, pero esperamos poco de ella. El valor de la Ley del Cielo está por encima, en la cual tenemos puestas nuestras esperanzas, sabiendo, como dirían los hermanos Coen, el juicio siempre llega, solo hay que saber esperar. (Fuente EL RELOJ, por José I. Rodríguez))

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