Declaración Concilio Luterano
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Declaración de la Iglesia Evangélica Luterana de los Estados
Unidos a la Comunidad Judía
En la larga
historia del cristianismo, no hay circunstancia más trágica que el tratamiento
dado por los creyentes cristianos al pueblo judío. Muy pocas comunidades cristianas
de fe fueron capaces de escapar al contagio del antijudaísmo, y su sucesor
moderno, el antisemitismo. Los luteranos pertenecientes a la Federación
Luterana Mundial y la Iglesia Evangélica Luterana de los Estados Unidos sienten
una especial pesadumbre con respecto a ello, a causa de ciertos elementos
existentes en la herencia del reformador Martín Lutero, y de las catástrofes
–incluyendo el Holocausto del siglo XX – sufridas por los judíos en lugares
donde las Iglesias luteranas se hallaban fuertemente representadas. La
comunidad de fe luterana está vinculada por su nombre y su herencia a la
memoria de Martín Lutero, maestro y reformador. Para hacer honor a su nombre,
debemos recordar su valiente actitud hacia la verdad, sus sencillas y sublimes
palabras de sabiduría, y sobre todo, su testimonio de la Palabra salvadora de Dios.
Lutero proclamó un Evangelio para la gente tal como realmente es, invitándonos
a confiar en una gracia capaz de llegar hasta nuestras vergüenzas más profundas
y enfrentar las verdades más trágicas.
En ese
espíritu de verdad, nosotros, que portamos su nombre y su herencia, debemos
reconocer también, con dolor, las diatribas antijudías de Lutero y las
violentas exhortaciones contra los judíos de sus últimos escritos. Como lo
hicieron muchos de los propios compañeros de Lutero del siglo XVI, rechazamos
esas violentas invectivas, y expresamos además nuestro hondo y perdurable pesar
por sus trágicos efectos en las generaciones posteriores. Junto con la
Federación Luterana Mundial, deploramos particularmente la apropiación de las
palabras de Lutero por parte de los antisemitas modernos para su enseñanza del
odio hacia el judaísmo o hacia el pueblo judío de nuestro tiempo.
Lamentando la
complicidad de nuestra propia tradición en esta historia de odio, expresamos
por otra parte nuestro urgente anhelo de vivir nuestra fe en Jesucristo con
amor y respeto hacia el pueblo judío. Reconocemos en el antisemitismo una
contradicción y una afrenta al Evangelio, una violación de nuestra esperanza y
nuestra vocación, y comprometemos a esta Iglesia a oponerse al nefasto
ejercicio de esta clase de intolerancia, tanto dentro de nuestros propios
círculos como en la sociedad que nos rodea. Por último, imploramos la bendición
permanente del Bendito sobre la creciente cooperación y comprensión entre los
cristianos luteranos y la comunidad judía.
18 de abril
de 1994
(Traducción
del inglés: Silvia Kot)
This document was used by permission from the
Jewish-Christian Relations home page found athttp://www.jcrelations.net
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