Somos lo que somos
Amados amigos dejarme deciros estás palabras que
pretenden expresar lo que sentimos en este tiempo de expectación ante la inminente
cosecha de Shavuot ¡Somos lo que somos estemos dónde estemos!
El sentimiento de pertenencia al Pueblo de Dios Israel,
en el sentido más amplio de la palabra, nos hace ser verdaderos judíos o verdaderos
adoradores del Eterno estemos dónde estemos. La palabra judío viene etimológicamente del nombre propio
de Judá que significa en hebreo alabanza o adoración. Por tanto y sin lugar a
dudas somos verdaderos judíos o adoradores del Eterno que es lo mismo.
Conceptos, judío y adorador, que son sinónimos si hemos puesto nuestra
confianza en el Señor.
Un verdadero judío, circunciso de corazón, lleva en su
ADN espiritual el adorar al Único Dios Verdadero. La sentencia bíblica en forma
de Mandamientos nos impele a vocalizar el Shemá todos los días de nuestra vida
reforzando nuestra identidad como hijos y Pueblo de Dios.
Somos lo que somos estemos dónde estemos y nuestra conciencia
espiritual así lo certifica. Nuestro ADN espiritual lo confirma y nuestra
voluntad lo decide y desea ¡Somos lo que somos estemos dónde estemos! Afírmate
en este pensamiento. Somos hijos de Dios tal como lo especifica la Escritura
desde su inicio desde el primer libro de la Tanaj hasta el último. Estemos
dónde estemos, vivamos dónde vivamos, sentimos que somos parte de una nación de
sacerdotes llamados para ser luz a las naciones.
Podemos ahogar nuestra identidad asimilándonos a las
culturas mundanas de la perdición, el descrédito moral y la falta de
espiritualidad. Podemos alejarnos de nuestra nación espiritual y vivir en
medio de pueblos paganos y supersticiosos que confían en la suerte, en las
estrellas y en los dioses extraños, todo con minúscula, como el conocido dios
Mamón. Pueblos y naciones que miran a los astros del cielo para que les diga el
futuro y que profundizan en los infiernos de la tierra para que le marque su
destino final. Podemos cerrar los ojos y no ver la realidad pero eso no
cambiará ni lo que somos, ni lo que estamos llamados a ser aunque aún no lo
seamos.
Ciertamente que aún no somos lo que deberíamos ser, en
eso estamos seguramente de acuerdo, pero proseguimos hasta alcanzar el objetivo
de ser lo que debemos y queremos ser. Con todo tengo el deber de recordaros que el mérito no
es tanto lo que hemos llegado a ser sino la perseverancia, recuerda bien esta
palabra, en alcanzar lo que deberíamos ser y que aún no somos.
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