El judío más famoso del mundo
En estas fechas tan señaladas, como a muchos les gusta
definir, asistimos a una transformación social en la cual prima las frases
edulcoradas con buenos deseos de paz, amor y prosperidad. Todo parece indicar
que los amargados de la vida se hacen dulces y que los despreocupadamente dulces
se dulcifican tanto que se hacen empalagosos. Si amigos, lo habéis acertado, ya
estamos en Navidad.
La Navidad es una época del año en la cual los hombres de
buena voluntad se dejan ver mucho más que en el resto del año. Todos se sonríen
y se dan palmaditas en la espalda como si fueran grandes amigos del alma. Los
jefes se vuelven menos exigentes y las cálidas luces inundan de luz los lugares
más oscuros y lúgubres de nuestras ciudades.
Todos festejan la llegada del famoso señor gordito con pelo
y barba blanca que nos traerá regalos, muchos regalos, que nos harán felices. Algunos
lo llaman Papá Noel, otros Santa Claus y otros sencillamente Santa, que suena
más amistoso. Un Papá que nos dará todo lo que pidamos por haber sido buenos chicos
en el año. Los ilusionados niños pedirán y pedirán tantos juguetes que algunos
papás, de los de verdad, se las verán y se las desearán para satisfacer el apetito
consumista de sus vástagos ¡Qué bonita y tierna es la Navidad!
El consumo aumenta a niveles nunca jamás soñados y los comerciantes
se frotan las manos ante la avalancha de consumidores ávidos de comprar, de
adquirir y de regalar. El espíritu navideño inunda los corazones de los
consumidores que arrasan los comercios, cual marabunta consumista, para
conseguir el último juguete que ha salido al mercado. La moda es la moda
también en los regalos navideños.
Un poco más tarde llegarán también los famosos “Reyes Magos”
que nada tienen de magos, que no eran tres y que no se llamaban Melchor, Gaspar
y Baltasar ¿Qué cómo lo sabemos? Leyendo la Biblia se aprenden muchas cosas. Continuamos
con la dulce historia de la Navidad. La competencia entre Papá Noel y los mal
llamados Reyes Magos por entregar más regalos y más grandes, importante que los
regalos sean muy grandes, marca el ritmo de las Navidades que concluirán con el
fastuoso Fin de Año.
"La fama de estos fantásticos personajes, con el poder sobrenatural
de sacar regalos de la manga, se superpone a la fama del judío más famoso de la
historia ¿Albert Einstein? Bueno también es uno de los judíos más famosos, pero
nos referíamos a Jesús más conocido en Israel por su nombre hebreo de Yeshua"
Todo parece indicar que en el fondo la Navidad es la
celebración del nacimiento de un niño judío que cambiaría el curso de la
historia con sus regalos de santa sabiduría. Ya sabemos que esos regalos no son
tan deseados como los que nos dejan Santa Claus y los “Reyes Magos” pero es lo
que tiene ser un niño judío que no viene con un pan bajo el brazo. Felices
fiestas a todos los hombres de buena voluntad que recuerdan al verdadero
personaje histórico que nos enseñó a “amar al prójimo como a uno mismo” un
regalo que nunca pasará de moda.
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