En un país donde se ignoraba la Ley de Dios las
consecuencias se hacen más que evidentes llegando la decadencia a sus
gobernantes, sus instituciones, sus ciudadanos y hasta su mismísima sociedad religiosa,
aunque se jacte de justa, solidaria y compasiva.
Las consecuencias de la
ignorancia de la Biblia están produciendo dramáticos cambios, en todos los órdenes
de la sociedad. Analicemos algunos de esas consecuencias, aunque sea de forma
somera, que ya se están produciendo en nuestra sociedad.
Consecuencia: Promulgación
de leyes contra la vida
Los gobernantes, ignorantes de la Biblia, con miopía
espiritual promulgan leyes contra la vida de los niños en gestación, entre
otras dañinas prácticas contra los seres humanos. Los Derechos Humanos de los
niños en gestación han sido abolidos y los abortos, en algunos países, ya superan
a los nacimientos. La mayoría de los países tienen estadísticas al respecto,
aunque no son fáciles de entender ¿Serán tan preocupantes que incluso para los
mismos gobiernos tratan de ocultar o maquillar? Son preguntas que debemos
hacernos.
Consecuencia: Una
clase política alejada de los ciudadanos
La clase política cada vez más alejada de la realidad se
ocupa y preocupa en añadir cuotas de poder a sus diferentes partidos. La
preocupación por sus ciudadanos se traduce en acciones tendentes a proteger su
estatus, como miembros de la clase política. La separación entre la sociedad y
su clase política es una realidad palpable. La profesionalización de los
políticos les ha llevado a dejar sus funciones, de cuidar a sus ciudadanos, y
centrarse en escalar puestos en la administración, que les separa aún más de la
realidad social en la que vive el país.
Consecuencia: Enormes
desequilibrios sociales
Los poderosos referentes sociales, amadores compulsivos del
dinero, acumulan riquezas de todo tipo y los pobres, en el sentido más amplio
de la palabra, quieren imitarlos a toda costa. Los pobres espirituales quieren acumular
y poseer más riquezas, que los mismos ricos a los cuales tanto critican. La
realidad es que los ricos y los pobres, de carácter espiritual, tienen la misma
decadente clase social. Un círculo vicioso de egoísmo y avaricia, que ciega
penosamente a toda la sociedad.
Consecuencia: Una
justicia injusta con leyes injustas
La justicia ha cerrado sus ojos ante las víctimas y los
violentos son ensalzados como héroes salva patrias, independentistas o
nacionalistas. Las viviendas son ocupadas
por bandas de asaltantes impidiendo a sus legítimos dueños habitarlas. Las
leyes defienden a los asaltantes y desposeen de sus derechos, a sus legítimos
dueños. La perversión de la justicia produce un efecto demoledor entre los
indefensos ciudadanos, que ven como sus derechos son conculcados en favor de
delincuentes, violentos y corruptos grupos de presión. Los criminales,
terroristas y asesinos machistas dejan un reguero de sangre a su paso sabiendo,
que las Leyes son indulgentes y que si fueran encarcelados serían libres, en poco
tiempo serán libres. Todo parece indicar que asesinar sale muy barato en este
país.
Consecuencia: Una
economía esclavista e inhumana
La economía ha entrado en un proceso destructivo, con la
pérdida de miles de empleos. Muchos de aquellos ciudadanos que han pasado toda
su vida pagando una vivienda, un techo donde refugiarse, pierden sus casas, su
dignidad y sus ganas de vivir. La sociedad se derrumba y parece que nadie va a
tomar las iniciativas pertinentes, para salvaguardar los derechos y las leyes.
Los bienes de primera necesidad escasearán y miles de personas rebuscarán, como
ya se está viendo, entre las basuras algo que llevarse a la boca. La
desnutrición, las enfermedades y la contaminación están causando más muertes,
que muchas de las guerras conocidas en la historia.
Consecuencia: Involución
sexual y de género
La revolución sexual pasó a ser involución. En estos momentos
se persigue a los que manifestaban una conducta acorde a su género. La
exaltación al ego transformista y transformado, por medio de intervenciones
quirúrgicas, hace irreconocible a los hombres, de las mujeres y viceversa. El
género masculino y el femenino se funden y confunden en uno irreconocible, con
la pretensión de ser el tercer y único género que se acepte y se imponga a toda
la sociedad. El concepto padre, madre o matrimonio han sido transformados y
mezclados hasta el punto hacerlos irreconocibles conceptualmente y de forma
práctica. Ya no sabemos quién es quién y que género representa.
Consecuencia:
Imposición de filosofías políticas progresistas retrógradas
La filosofía del multiculturalismo, de la mano del llamado
progresismo, ha desembarcado en las playas de las empobrecidas conciencias
dominando e imponiendo una forma de vida foránea, a las costumbres culturales mayoritarias.
Las mayorías se convierten en minorías y las minorías toman el control social
de las poblaciones autóctonas. La población, de marcada ignorancia bíblica, se
diluye, deformaba y pierde la identidad cultural y religiosas propias de su
larga historia. Ya no sabemos, en términos generales, de dónde venimos, ni que
hacemos aquí, ni dónde está el futuro al cual tenemos que llegar. El futuro se ha
desdibujado de tal manera, que carece de sentido pensar en cambiar, mejorar y
progresar. El futuro ha muerto en el presente y el pasado reaparece como el
único refugio del desesperado.
Consecuencia: Indiferencia
ante la invasión islámica
En medio de este panorama caótico, lo peor aún está por
llegar. Las huestes islamistas toman posiciones, lenta pero inexorablemente, metro
a metro, casa a casa, edificio a edificio, barrio a barrio, pueblo a pueblo y
ciudad tras ciudad. La preparación para dar el golpe mortal a esta sociedad adormecida,
por parte de las células yihadistas, confundidas entre los inmigrantes
musulmanes, está dejando de ser una amenaza, para ser una de las máximas
preocupaciones sociales.
Una evidente desesperación está anidando en el corazón
de la mayoría de los ciudadanos, que empiezan a percibir la violenta muerte
cada vez más cerca, por medio del terrorismo islamista. La amenaza yihadista es
una mortal evidencia, que está desencadenando todo tipo de temores y de
respuestas violentas, por parte de grupos extremistas contrarios a la
islamización de la sociedad occidental. La extrema derecha tendrá un
protagonismo como nunca antes lo ha tenido, desde que acabó la Segunda Guerra
Mundial.
Consecuencia: Alejamiento
e indiferencia religiosa y educativa

Consecuencia: Restricción
de la libertad religiosa y de expresión pública de creencias
En un cierto momento, cuando la libertad de expresión sea encarcelada
y todas las asociaciones de carácter libre y democrático clausuradas, los
gobernantes promulgaron leyes contra la lectura y tenencia de la Biblia ¿Podría
suceder algo parecido? No es que podría suceder es que ya está sucediendo a lo
largo de la historia. Ante nuestros ojos, cegados por el destello de las
posesiones materiales, aunque en un bajo perfil de actuación por el momento, la
libertad religiosa, particularmente la judeo-cristiana, está siendo desgajada
de nuestra sociedad.
Consecuencia: Abundancia
de Biblias y niveles bajísimos de lectura de la misma
Hoy tenemos la Biblia a nuestro alcance con suma facilidad.
En todas las librerías podemos encontrar ejemplares de la Biblia, en diferentes
versiones. Las bibliotecas incluso tienen secciones de teología y religión dónde
es fácil encontrar también ejemplares de la Escritura. Las imprentas siguen
produciendo miles de Biblias, en todos los idiomas del mundo y muchísimos
dialectos del orbe internacional. Las Biblias digitales inundan internet con las
versiones traducidas, que se han ido publicando a lo largo de la historia. No
creo que nadie pueda decir que no puede leer la Biblia o que simplemente no está
a su alcance. El problema no es que no tengamos acceso a la Biblia, el problema
es que no se lee, no se estudia y no se enseña. La gran paradoja es que
teniendo disponibles una millonaria cantidad de Biblias a nuestro alcance
apenas si se lee ¿Qué consecuencias puede traer este desequilibrio cultural y
espiritual a toda nuestra sociedad? Ya lo estamos describiendo someramente y en
parte aquí mismo.
Consecuencia: Persecución
religiosa de cristianos y judíos
Las consecuencias que trae la ignorancia de la Escritura las
hemos enumerado someramente al principio de estas líneas. La tragedia nos está
rondando y nos sobrevendrá más pronto que tarde. Por nuestra parte tenemos que
avisar del peligro que se cierne, a riesgo de ser tachados de incultos, radicales
e incluso locos. No sería la primera vez a lo largo de los tiempos, ni la
última, que algo así se produjera. La insistencia y el énfasis en la lectura de
la Biblia no debe tomarse a la ligera particularmente por nosotros, aquellos
que nos definimos como creyentes.
Levantar
la voz de alarma empezando en nuestra Comunidad
La Escritura claramente nos enseña a dar la voz de alarma,
como centinelas y guardianes de la sociedad, ante la catástrofe que se va a
producir, de no cambiar la tendencia actual de ignorar las enseñanzas de la
Escritura e ignorar la Biblia propiamente dicha. Por mucho que pretendamos saber la ignorancia
se mide, por lo que no sabemos. Todo parece indicar que en este país en
ignorancia bíblica no hay, lamentablemente, quién nos gane. Podríamos decir que
cuando abundan las Biblias más sobreabunda la ignorancia de la misma. ¿Seremos
capaces de invertir esta dañina tendencia? Empecemos por cada uno de nosotros
mismos, por nuestras familias y por nuestra Comunidad y el resto se añadirá a
nuestra disposición de corazón, de guardar las múltiples enseñanzas bíblicas
contenidas en la Escritura.
Preparar nuestro corazón para el estudio de la Escritura
El ejemplo lo tenemos Esdras que “había preparado su corazón
para estudiar la Ley de Dios y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus
estatutos y decretos” (Esdras 7.10) Todo lo demás es perder el tiempo. No
tenemos batallas contra personas sometidas, por el mal sino contra las huestes
de maldad, que amenazan con destruir la civilización humana tal cual la
conocemos hoy. Aunque suene a mensaje apocalíptico tristemente es así. No lo
olvidemos, por favor.
La creación misma está amenazada de muerte y lentamente se
desangra perdiendo vitalidad y produciendo desastres naturales, que son tan
naturales como nos quieren hacer creer. ¿Nos quedaremos esperando ser
aniquilados y dominados por la ignorancia bíblica a la cual esta sociedad está sometida?
Biblia es la Espada del Espíritu del Cielo, que está disponible en nuestras
manos, para ser usada contra el Mal ¿Nos rendimos o combatimos?
No nos rindamos
e instruyámonos con la Biblia en las manos y el corazón en el Cielo. La
decisión es nuestra y la victoria también. Recordemos la siguiente frase: Más
que hablando es escuchando como se entiende la gente.
La parte más difícil de
la comunicación escuchar. El que tenga oídos para oír que oiga. La sordera
ovejuna es una epidemia que aún no hemos erradicado entre nosotros mismos.
Pidamos al Señor ser sanados de tan perversa pandemia.
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