En busca del Arca de la Fe perdida


En la famosa película dirigida por Steven Spielberg “En Busca del Arca Perdida” la trama se desarrolla en relación a la búsqueda del Arca del Pacto. Sirva como introducción de esta serie de enseñanzas que empezamos hoy. 

En términos bíblicos se describe de la siguiente manera “…el Arca del Pacto cubierta de oro por todas partes, en la que había una urna de oro que contenía el Maná, la Vara de Aarón que reverdeció y las Tablas del Pacto” Hebreos 9.4. A modo de ejemplo comparativo quisiera exponer este pensamiento, que espero nos ayude a entender mejor la enseñanza, sobre algunos conceptos que parecen haberse perdido en el espacio de los tiempos.

En primer lugar, quisiera describir la fe como la confianza obediente a Dios y una especie de “arca poderosa” que llevamos a nuestras espaldas con respetuoso fervor. El Arca de la Fe no nos pertenece. A nosotros se nos ha otorgado el privilegio de cuidarla y mantenerla de generación en generación. No somos los dueños del Arca de la Fe somos tan “solo” sus portadores.

El Cielo nos ha responsabilizado del Arca de la fe, para que la carguemos. Una fe ligera que no pesa, que no requiere de fuerza física para transportarla, pero sí demanda una clara fuerza espiritual y una decidida voluntad de servir a Dios.


En el Judaísmo que Jesús enseñó la fe no es una pesada carga. No es tampoco un cargo de orgullosa ostentación. La fe es un yugo sobre los hombros, al igual que se llevaba el Arca, y que solo pueden sostener los verdaderamente fuertes, en el Reino de Dios. Aquellos que son mansos de actitud y los humildes de sincero corazón. Así lo enseñó el Mesías “Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” Mat.11.29–30. Un yugo fácil de llevar y una carga ligera de servicio que no agota, sino que fortalece el espíritu y el cuerpo.

El verdadero descanso, en el sentido más amplio de la palabra, viene como consecuencia de servir a Dios. Los que más trabajan en el servicio a Dios son los que están más descansados y más relajados. Cuanto más trabajamos para el Señor más descansados estamos. El servicio a Dios trae paz interior, fortaleza emocional y una incuestionable fuerza espiritual. Una fortaleza que nos capacita para enfrentarnos contra las trampas, con las cuales el Malo siempre nos está acechando.


Los que de verdad quieren descansar de los afanes de la vida tienen que trabajar para el Señor. Un principio que se desprende de la enseñanza del estilo de los “últimos serán los primeros” que nos lleva a pensar que aquellos que más trabajan, para el Señor, más descansados están ¿Te has puesto a pensar que el cansancio que llevas arrastrando puede venir por no servir cómo debes a Dios? ¿Te acuerdas cuando trabajabas duro para el Señor y estabas exultante y siempre alegre? ¿Dónde perdiste el Arca de la Fe? ¿Te has puesto a pensar que tal vez sean otros los que cargan, con tu responsabilidad y tú eres el que te cansas? Los vagos espirituales son aquellos que se cansan, en cuanto a la fe, viendo lo que otros hacen y además tienen la poca sensibilidad, por no decir vergüenza, de criticarlos.

En el Reino de Dios no existen los parados. Los que no sirven son los que no quieren trabajar para el Señor, así de sencillo de entender. El trabajo es mucho, pero los trabajadores son escasos. Mucho trabajo y pocos dispuestos a servir llevando sobre sus hombros la responsabilidad a la cual les llamó el Cielo. En el tiempo tan especial necesitamos llevar el Arca de la Fe entre todos aquellos que estamos llamados, a tan particular servicio.

El mensaje de hoy es sencillo de entender si estás dispuesto a servir a Dios y a llevar la carga que te corresponde en la Labranza de Dios ¿Has perdido el Arca de la Fe? Ahora es el momento de buscarla y ponerla sobre tus hombros juntamente con aquellos, pocos ciertamente pocos, que la transportan con gozo y alegría. 

El llamamiento del Cielo es para valientes aventureros de fe, que creen que no hay imposibles para Dios. Aquellos que están dispuestos y disponibles a servir a Dios y a cuantos nos rodean ¿Serás tú uno de ellos? Busca el Arca de la Fe perdida y carga de nuevo con tu responsabilidad.

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