La Cuenta del Omer


La denominada Cuenta del Omer nos enseña a contar los días que van desde Pesaj hasta Shavuot ¿Qué implica contar los días? La cuenta de los días, sean en este periodo o en el resto de año, nos permite tomar conciencia de donde estamos y a donde vamos ¿Somos conscientes del punto en el que estamos y a dónde nos dirigimos? No se trata solo de distancia geográfica sino especialmente de madurez o inmadurez espiritual. “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90.12)

La madurez espiritual es el mejor periodo para tomar conciencia de lo que hemos hecho en el pasado, de lo que estamos haciendo en el presente y de las posibilidades que tenemos de alcanzar los objetivos de futuro. El concepto “omer” hace referencia a una medida agrícola que hemos denominado gavilla. La presentación de la primicia de una cierta cosecha, primer fruto, nos enseña a pensar en términos de agradecimiento en presente y en futuro. 

La recogida de la cosecha era un motivo más que suficiente para dar gracias al Cielo por la provisión que aseguraba la vida en el resto del año. La gavilla era presentada como primicia en el Templo de Jerusalén antes de comenzar el consumo de la nombrada cosecha. Nadie consumiría el recién cosechado grano sin antes presentar la ofrenda de agradecimiento a Dios.

“Habló Dios a Moisés y le dijo: «Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla como primicia de los primeros frutos de vuestra siega” Lev. 23.9–10

En este contexto no podemos olvidar que la enseñanza relacionada con el Omer, con todas sus implicaciones, fue dada en el desierto después de la salida de Egipto. Una enseñanza que debería hacerse práctica en la Tierra Prometida, pero que debería asumirse incluso estando en el desierto y sin haber plantado nada. La Cuenta del Omer preparó el corazón de algunos para saber esperar lo prometido. En otros el tiempo de espera les hizo mirar atrás desesperadamente ¿Qué está haciendo el tiempo de espera en cada uno de nosotros? 

Toda pretendida cosecha ha de ser interiorizada antes de plantar siquiera una sola semilla. No podemos esperar a sembrar para empezar a creer que tendremos una abundante cosecha. Las Leyes del Cielo nos enseñan a creer antes ver. El conocida concepto de “ver para creer” procede de una mente práctica, pero no necesariamente espiritual. El concepto que debemos interiorizar es creer para ver ¿Estoy creyendo antes de sembrar? La vida es sencilla cuando creemos sin ver, pero se complica y mucho cuando pretendemos ver algo, para creer algo. 

El agradecimiento por las bendiciones recibidas sale de un corazón que se ha concienciado día tras día y que sabe esperar en fe ¿Cómo podemos tomar conciencia? Tomamos conciencia cuando contamos los días con fe. Así de práctico y así de sencillo. La espera de un hijo es uno de los momentos de la vida cuando aprendemos a contar los días. Una cuenta que interiorizamos emocionalmente antes de ver el ansiado hijo. La lógica más elemental nos dice que no empezamos a creer, que vamos a tener un hijo, cuando se confirma el embarazo. La fe nos lleva a creer antes de concebir un hijo. El ejemplo de Ana es motivador en este sentido. 

“E hizo voto diciendo: ¡Señor de los Ejércitos!, si te dignas mirar a la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que das a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Dios todos los días de su vida, y no pasará navaja por su cabeza” 1º Samuel 1.11

Todas las enseñanzas de la Escritura son prácticas en su acción, visibles por medio de la fe y medibles en la línea del tiempo de Dios. La Cuenta del Omer nos enseña algo práctico que debemos asumir por fe y que precisa de un cierto tiempo para hacerse una realidad palpable. 

“Contaréis siete semanas cumplidas desde el día que sigue al Shabat, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida. Hasta el día siguiente al séptimo Shabat contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Dios” Levítico 23.15–16

La Cuenta del Omer nos enseña a tener fe sin ver y nos prepara emocionalmente a esperar un cierto objetivo. Crecemos emocional y espiritualmente cuando aprendemos, creemos y contamos los días en forma práctica ¿Preparados para contar los días? El objetivo es llegar a Shavuot, recibir la Ley de Dios y ponerla en práctica. Todo lo demás nos será añadido en nuestra cuenta personal. Lo que hacemos hoy determinará nuestro mañana. 

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