Pedir por la paz de Jerusalén ¿Qué significa?

No se puede cuantificar las veces que alrededor del mundo hemos elevado esta plegaria al Cielo y las veces que la seguiremos vocalizando “Shalu Shalom Yerushalayim” aunque nos surge una pregunta ¿Entendemos profundamente lo que estamos pidiendo? Aquellos que creemos en las premisas bíblicas debemos pedir por la paz de Jerusalén, pero ¿Qué significa pedir por la paz de Jerusalén? Hoy vamos a tratar de explicarlo de manera sencilla, pero profunda. 


Todas las noticias que nos llegan a diario nos pueden hacer pensar que cada vez la paz en Jerusalén está lejos de alcanzarse, pero ¿Qué clase de paz es la que algunos están tratando de imponer en Israel? La intifada, en todas sus sangrientas formas, está sembrando de terror y desesperanza a muchos ¿Se puede tener paz cuándo continuamente los atentados terroristas siegan la vida de muchos judíos? La premisa bíblica establece que sin justicia no puede haber paz ¿Hay algo más injusto que asesinar a mujeres, hombres, ancianos, niños o jóvenes por el mero hecho de ser judíos? La injusticia que históricamente se está cometiendo contra los judíos es el obstáculo que impide el florecimiento de una verdadera paz en Israel en particular y en el mundo en general.

El efecto de la justicia será la paz y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Isaías 32.17

La conocida frase “acción reacción” bien podría aplicarse al efecto que la justicia genera. El efecto de la justicia es la paz. Una justicia que precisa restaurar el buen nombre del Pueblo de Israel. Las persecuciones mortales contra los judíos a nivel internacional, a lo largo de la historia, tiene su origen en los panfletos contra los judíos que hasta el día de hoy se siguen publicando y distribuyendo en muchas partes del mundo. Una injusticia que no se repara y que lejos de solucionarse crece cíclicamente en el tiempo ¿No deberíamos pedir que cesara la injusticia contra los judíos en primer lugar? ¿No deberíamos pedir que cesara la injusticia contra todos aquellos que sufren la opresión injusta de los poderes políticos o religiosos? La injusticia adopta muchas formas, pero en todos los casos es una manifestación de odio generado contra otros por su religión, color, ideas o cualquier otro patrón cultural que analizáramos. 

"La responsabilidad de cada familia es inducir a sus hijos a toda justicia en el sentido más amplio de la palabra" 

El odio es la mayor injusticia de los seres humanos contra otros seres humanos. Un odio que impide progresar y prosperar a las personas, comunidades, países o grupos en general. Un odio que también se transmite de generación a generación de padres a hijos. La responsabilidad de cada familia es inducir a sus hijos a toda justicia en el sentido más amplio de la palabra. 

Los medios de comunicación juegan un papel decisivo en la distribución maliciosa del mencionado odio. El único apellido que se le puede dar al odio es antisemitismo disfrazado de antisionismo. El odio antisemita ha contagiado a muchos que no pueden discernir la verdad de la mentira. Un antisemitismo perverso que hace que los hombres llamen a lo bueno malo y a lo malo bueno ¿No deberíamos empezar por pedir perdón a Dios por mantener y transmitir ese odio antisemita? Sin justicia no hay paz para nadie. 

“Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; qué ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo” Isaías 5.20

Los medios de comunicación de Israel nos dicen que salir a rezar, a comprar o ir al médico supone un riesgo que está cambiando los hábitos más comunes de conducta de los habitantes de Israel y particularmente de aquellos que viven en Jerusalén.

El coronavirus ha traído una paradoja interesante pues ahora el miedo se ha instalado también entre la llamada población palestina que ve peligrar sus vidas con la amenaza de la pandemia. Las autoridades sanitarias de Israel están a la cabeza en la investigación y el desarrollo de una vacuna que pueda reducir la mortalidad tan extrema de este coronavirus ¿Acaso no se beneficiarán los enemigos de los judíos de la esperanzadora vacuna israelí? Indudablemente que sí. Con todo, los judíos seguirán siendo amenazados en su propia tierra por los que viven dentro de sus fronteras y por sus vecinos.

La justicia verdadera es ayudar al prójimo, léase aquellos que están más próximos, aunque sean tus enemigos. Una forma justa, la de Israel, de ayudar incluso a los que se declaran enemigos de los judíos. El ejemplo que Israel está dando al mundo, ayudando a sus enemigos, es la forma más justa de servir a los intereses del Reino de los Cielos. La Operación Buena Vecindad puesta en marcha por las Fuerzas de Defensa de Israel, para ayudar a los sirios heridos en la guerra civil siria, supone llevar a la práctica la justicia de ayuda al prójimo. Todo un ejemplo de ejército ético, moral y comprometido con la justicia para alcanzar la paz.

“La justicia, sólo la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que el Señor, tu Dios, te da” Deut.16.20

Todas las profecías bíblicas relacionan a Jerusalén con justicia. A la largo de su extraordinaria historia Jerusalén ha sido gobernada durante largos periodos de tiempo por potencias extranjeras, que la trataron con dureza y crueldad. Los habitantes de Jerusalén desde que el Rey David la proclamó como capital de Israel han pasado por situaciones que se escapan a la comprensión humana. Las tragedias que han ocurrido en Jerusalén han marcado el carácter de sus habitantes a la largo de todas las generaciones impidiendo hasta hoy en día que se pueda hablar de plena seguridad, en la vida siempre amenazada de sus habitantes. La esperanza profética es que un día Jerusalén será reconocida como Capital Eterna de Israel en donde la Justicia reinará como ejemplo, para todas las naciones. 

“La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra y la justicia mirará desde los cielos. El Señor dará también el bien y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él y sus pasos nos pondrá por camino” Salmo 85.10–13

La ciudad de Jerusalén tiene algo muy especial que ninguna otra ciudad del mundo puede tener. Cuando se llega al Kotel, más conocido como Muro Occidental, algo sorprende que pasa y que inunda el corazón de una expectación como si de un momento a otro fuera a ocurrir algo milagroso. La perspectiva que muestran las miles y miles de imágenes que tenemos en la memoria de Jerusalén no dejan ver la realidad que experimentamos en tan emblemático lugar. Al Muro de los Lamentos, como algunos le llaman, no vamos a lamentarnos sino a combatir por la victoria frente al mal.

"La esperanza profética es que un día Jerusalén será reconocida como Capital Eterna de Israel en donde la Justicia reinará como ejemplo, para todas las naciones" 

Cuando pedimos por la paz de Jerusalén debemos estar conscientes que estamos enfrentándonos al mal en todas sus formas. El yihadismo es un feroz enemigo de la paz, tanto en Jerusalén como en el resto del mundo. Una filosofía del mal que está tratando de dominar a Israel en general y a Jerusalén en particular. Todos nosotros, aunque no nos demos cuenta, estamos envueltos en una guerra de autoridad. Una guerra que especialmente se desarrolla en el epicentro del mundo donde antaño estuvo el Templo de Salomón. La lucha que enfrentamos no es solo de carácter político o militar es eminentemente espiritual, aunque muchos no lo entiendan así.

No puede haber paz, en ningún contexto que analicemos, sin la victoria sobre el mal en todas sus formas. La justicia verdadera es el arma más eficaz contra el mal. Además de estar dispuestos a luchar por la justicia debemos estar dispuestos a hacer el bien a nuestros teóricos enemigos. Al mal solo se le puede vencer con el bien. La fuerza justa y necesaria no es exclusivamente la clave para frenar la maldad, sino el poder de la bondad, la misericordia y el amor que viene del Cielo. Queda demostrado que al mal se le vence con el bien.

“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” Rom.12.21

La necesidad que tenemos es de un ejército de hombres y mujeres que estén dispuestos a luchar en el terreno espiritual por la victoria de Israel y por consiguiente por la paz de Jerusalén. En el plano militar ya tenemos a las más que eficientes Fuerzas de Defensa de Israel que como antaño combaten con valentía. Un ejército que permite que descansemos en paz para seguir luchando por la paz, en otras palabras, para seguir rezando por la victoria. Un ejército que ha hecho suya la bandera de la justicia de hacer el bien incluso a sus enemigos.

El rezo, la oración, la plegaria, por citar varias formas de entender el concepto, son una poderosa arma espiritual que debemos empuñar para alcanzar la victoria y la paz de Jerusalén. Aquí y ahora lo importante es entender que el efecto de la justicia es la paz. Sin justicia no hay victoria, ni paz. La próxima vez que pidas por la paz de Jerusalén no se te olvide que estás pidiendo por la justa victoria sobre el mal ¿Hemos entendido lo que significa pedir por la paz de Jerusalén? Así lo esperamos.

“En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura. Y se le llamará: “Dios, justicia nuestra” Jer.33.

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