Tormentas de guerra y fuego
En el último mes del año en el calendario hebreo, que se conoce como ELUL, la guerra y el fuego están aumentando de forma catastrófica.
Los seres humanos somos los más destructivos de toda la creación y a todos los niveles. Nos da lo mismo matar al prójimo que incendiar los bosques, los campos de siega o las ciudades. Todo parece indicar que destruir es nuestro pasatiempo favorito. En verano especialmente las guerras y los fuegos, inseparables por otro lado, están arrasando medio mundo por no decir el mundo entero. Las noticias que nos llegan son de catástrofes naturales y las que por naturaleza humana causamos de una forma o de otra cada uno de nosotros.
El fuego podría ser atribuido a causas naturales, pero la violencia
o la guerra solo pueden ser atribuidas a la ya nombrada naturaleza humana de la
que hizo gala Caín cuando asesinó a su hermano Abel. La historia de la
humanidad es una historia de fuego, sangre y muerte ¿Todos los seres humanos
son iguales? Afortunadamente no, pero una inmensa mayoría se regodea en el mal
ajeno contribuyendo por activa o pasiva a que el mundo empeore y se haga más inhabitable.
En dos semanas y unos días estrenaremos un año nuevo lleno de
incertidumbres y con la vista puesta en Yom Kipur donde se dictará la sentencia
anual a toda la humanidad. Por lo que vemos y oímos los fuegos están arrasando,
como ya dijimos, este mundo material y en muchos casos el mundo invisible del
cual no tenemos mayor conciencia que la dictada por la Escritura. Para algunos
hagan lo que hagan en esta vida carece de significado siendo su perspectiva de
futuro vivir lo mejor posible el presente sin considerar lo que pueda pasar en
el mañana. Una forma de vivir egocéntrica que no considera las necesidades
ajenas ni las de su círculo personal o familiar siquiera.
La conocida frase “sálvese el que pueda” es el patrón con el
que se mueven y con el que empujan a otros pasándoles por encima si es preciso.
Lo que les importa es el yo, el aquí y el ahora todo lo demás no les preocupa
en lo más mínimo. Aquellos que viven arrogantemente de espaldas a la realidad se
creen más fuertes y hábiles que los demás demandando para ellos lo mejor y
negando a otros lo más esencial de la vida. Las tormentas de fuego y guerra son
para todos incluso para los que se creen a salvo de toda calamidad.
"La conocida frase “sálvese el que pueda” es el patrón con el que se mueven y con el que empujan a otros pasándoles por encima si es preciso"
Las imágenes de personas desesperadas por salvar sus vidas huyendo
de la vorágine talibán estaban hace pocos días desapercibidas del peligro que se
les venía encima. Las mujeres y los niños se quedaron atrás mientras muchos
hombres huían de la venganza que los talibanes habían prometido ejecutar contra
los que llaman colaboradores con los infieles occidentales ¿Abandonarías a tus
hijos y esposa por salvar tu vida? ¿Dejarías a tu familia en manos de aquellos
que se han juramentado en vengarse de ti y los tuyos? Las imágenes que vemos
son de miles de hombres huyendo y dejando atrás a su familia. Un drama difícil
de soportar y asumir para aquellos que tienen la bendita conciencia del amor al
prójimo como a ellos mismos.
El yihadismo es una filosofía político-religiosa que fomenta
la exclusión, el dominio, la esclavitud o la muerte de cuantos no asumen sus
postulados e ideas. El fuego y la guerra yihadista van a incendiar el mundo de
aquí a poco mientras un impasible Occidente capitaneado por la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) mira para otro lado después de asumir una
cobarde derrota ideológica por parte de los talibanes que ya se están frotando
las manos preparándose para invadir y dominar el mundo. Por Afganistán ya han
empezado. Hazlo saber.
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