Halloween la apología del Ocultismo

La noche de Halloween es una de las principales en donde el mal se desata con toda su furia esperando contagiar a los ingenuos que se exponen a sus oscuras prácticas.

Cada año aumentan las huestes que son arrastrados bajo la falsa apariencia de una fiesta inocente y lúdica al foso perverso de las mal llamadas ciencias ocultas. Las dos grandes mentiras más evidentes son que ni son ciencias, ni son ocultas ya que están expuestas de forma generalizada y para todo el mundo. Al ser la Halloween instrumentalizada como un juego divertido el factor sorpresa se pierde y no permite ver el peligroso fondo que conlleva semejante fiesta de los infiernos.

Sin entrar en cuestiones de trasfondo histórico, que no vienen al caso, el hecho es que Halloween ha infectado a medio mundo y parte del otro con violencia, tortura, depravación de todo tipo y de rituales satánicos. Una infección de supersticiones bajo la cual viven y se mueven millones de personas intimidadas por el Mal el espiritismo de Halloween apresará a muchos ingenuos bajo sus redes.

La noche más oscura del año será la iniciación al satanismo de muchos que se verán atrapados bajo una ceguera espiritual que les conducirá a las galerías contiguas del mismo Infierno. El Infierno existe, por mucho que algunos pretendan negarlo, solo hay que mirar a nuestro mundo que es un reflejo premonitorio para confirmarlo.

El objetivo directo de aquel cuyo nombre no quiero acordarme y que está detrás de Halloween son los niños. Lo más grave es que son los mismos padres quienes ofrecen a sus propios hijos al Maligno para que se posesione de sus conciencias y sean títeres del reiteradamente nombrado Mal. Por otro lado, es hasta cierto punto “lógico” ya que a su vez los padres de hoy fueron manipulados en su niñez en el ayer por medio de esta y otras fiestas oscuras. El proceso de apología del mal se va repitiendo generación tras generación degenerando valga la redundancia fonética, a niños, jóvenes y adultos que han caído bajo la influencia perniciosa del mundo real del Ocultismo o Satanismo también con mayúsculas.

"Al ser la Halloween instrumentalizada como un juego divertido el factor sorpresa se pierde y no permite ver el peligroso fondo que conlleva semejante fiesta de los infiernos"

En la inmensa mayoría de los colegios durante varios días se reforzarán obligatoriamente las actividades relacionadas con Halloween. Los niños serán inducidos a ofrecer sus trabajos manuales al Mal por muy disfrazada que quede la actividad como parte del currículum lectivo del colegio. No son trabajos manuales son el manual de Halloween para que los niños trabajen para el mal. La contaminación que sufre el planeta no es meramente la producida por la quema de productos derivados del petróleo, por poner un ejemplo, sino por la quema de la conciencia que permita a los seres humanos distinguir el bien del mal.

Las grandes superficies y comercios en general se llenan estos días de expositores con mil y un productos de Halloween para llamar la atención a los niños en particular. Los dulces de Halloween no solo afectarán a su alimentación con grandes subidas glucémicas que en todos los casos serán peligrosas para su salud. Además, lo verdaderamente peligroso con diferencia será la exposición al mundo del ocultismo y el satanismo al que los niños serán sometidos sin darse cuenta. Los responsables de tan cruenta forma de incitar a los niños al mundo del ocultismo siempre serán, en primera instancia, los mismos padres que los conducen como ovejas a un matadero espiritual que les afectará el resto de sus vidas.

No, Halloween no es un juego inocente sino un juego indecente que hace apología de la muerte. Una festividad en la cual se derrama sangre de personas y animales en perversa ofrenda al Mal y sus huestes de oscuridad. Lo grave es que estamos tan acostumbrados a ser pastoreados por los venenosos pastos del mal que no distinguimos la luz de las tinieblas, ni lo dulce de lo amargo. En Halloween la oscuridad se disfraza de luz para llevarnos a esta aciaga época donde se celebra el año nuevo satanista pues eso es Halloween, por si no lo sabías.

El mal, saliendo a las calles bajo multitud de disfraces, causará terroríficas pesadillas nocturnas a los niños y a los más jóvenes. No te extrañes por tanto si tus hijos sufren una especie de trastorno de estrés postraumático (1) al tener un encuentro tan directo con la tortura, la sangre y la violencia sexual a la que también están expuestos al ir de casa en casa. Mejor en casa esa noche que de casa en casa por lo que pueda pasar. Los padres prevenidos que cuidan a sus hijos los enseñan a no cruzar la calle con el semáforo en rojo y a no exponerse a ser atropellados por esta especie de camión de la basura ocultista que Halloween representa. No hagas apología del mal de Halloween y salva vidas empezando por las de tus propios hijos. Hazlo saber.

Nota: “El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático. Este episodio puede poner en peligro la vida, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o una agresión sexual”

Comentarios