Relación Religión y Revelación la iniciativa del Cielo (Introducción)

La Biblia nos relata la historia del hombre desde antes de su creación hasta los acontecimientos que sucederán en el tiempo que se ha denominado el Final de los Tiempos.

El primer libro de la Biblia es Génesis, en fonética hebrea Bereshit, que se traduce en el principio. La Biblia está escrita por diferentes autores en diferentes épocas históricas, pero inspirada igualmente por Dios a cada uno de los mencionados autores. El concepto inspiración lo definimos como una revelación directa de Dios al hombre que no contiene errores, ni omisiones, ni contradicciones.

Para entender la Biblia tenemos que leerla con algunas consideraciones básicas que nos ayudarán a profundizar en el mensaje que quiere compartirnos. La primera consideración más evidente a la hora de entender la Escritura es conocer a su Autor. La lectura continuada en forma también de estudio es otra consideración absolutamente necesaria, así como mantener siempre presente que la escritura es una revelación directa de Dios al hombre. Una revelación que no contiene errores, omisiones o contradicciones.  

La herramienta que todo lo arregla, en el contexto de la interpretación bíblica, la llamaremos interpretación contextualizada ¿Qué significa interpretación contextualizada? En el caso que estamos examinando significa que una misma idea, enseñanza e incluso doctrina no se puede contradecir en toda la Escritura dado que tiene un mismo y único Autor que inspiró a su vez a los autores humanos que la transcribieron.

La Biblia nos enseña a relacionarnos con Dios y con los demás seres humanos de la manera que el Señor ha establecido para toda la humanidad. La primera palabra que tenemos que analizar para entender el plan global que Dios tiene para con su creación, entendido aquí como el ser humano, es el concepto RELACIÓN que escribimos con mayúsculas para dar el necesario énfasis.

"El concepto inspiración lo definimos como una revelación directa de Dios al hombre que no contiene errores, ni omisiones, ni contradicciones"

En el principio, cuando el hombre y la mujer fueron creados, Dios mantenía una relación absolutamente especial con el hombre. Una relación que tenía un componente único. La relación que Dios mantenía con el hombre, entiéndase hombre y mujer, era absolutamente pura y limpia. La pureza en la Relación de Dios con el hombre no tenía comparación alguna a la que hoy en día decimos mantener con el Creador.

La comunicación con Dios era absolutamente pura y sin mediación alguna. No había ángeles, sacerdotes, maestros o profetas por medio de los cuales el Creador se relacionaba con su creación. Dios hablaba al hombre y el hombre hablaba a Dios sin ningún mediador entre ambos. Una vez que la humanidad se rebeló contra la autoridad de Dios incitados por su propio ego de búsqueda de poder sobrenatural, con la inestimable intervención del Mal o Diablo para entendernos, la relación se quebró siendo imposible volver a comunicarse con el Creador en la forma limpia y pura con la cual anteriormente se comunicaban.

La iniciativa para recomponer la relación entre el Creador y su creación parte de Dios estableciendo un protocolo de relación el cual antes no existía. En el Gan Edén o Jardín del Edén no había protocolo para relacionarse con el Creador, pero a partir de la pérdida de confianza, traición en términos más precisos, el Cielo establecería un protocolo llamado Religión. Un protocolo específicamente diseñado con todas sus implicaciones que daría paso con el tiempo al concepto Revelación. 

Los términos Relación, Religión y Revelación son la iniciativa del Cielo para cambiar la historia por la cual el ser humano generación tras generación precisa salvarse de si mismo y ayudar a otros a entrar por el camino angosto que conduce al restablecimiento de la Relación Pura con su Creador. Un proceso que dura toda la vida y que en esta serie limitada en el tiempo trataremos de explicar, comprender y establecer en cada uno de nosotros.

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