El grito de guerra que resuena en nuestras conciencias levantémonos y edifiquemos
El gobierno de Joe Biden sigue la estela del intervencionismo contra Israel oponiéndose a la construcción de viviendas en Jerusalén.
Las guerras de los Macabeos no han terminado y nos tememos que no acabarán a corto o medio plazo. En todos los frentes Israel es acosado para que no crezca, progrese e ilumine al mundo. La primera batalla del moderno Estado de Israel es contra sus sempiternos enemigos árabes que en la actualidad han tomado el nombre de palestinos queriendo dividir Jerusalén en una primera fase. En una posterior segunda fase querrán lanzar a los judíos al mar o en el mejor de los casos expulsarlos y destruir todo aquello que hable del carácter judío de Jerusalén.
La realidad se entiende mejor cuando se expone con toda la crudeza
y en el caso que tratamos tal vez nos quedemos cortos en tan terribles apreciaciones.
En el tiempo de Nehemías fueron los árabes los instigadores contra los judíos
cuando estos volvieron a Judá para reconstruir las murallas de Jerusalén y el
Templo con el beneplácito del rey persa Darío II. Hoy siguen instigando a la
comunidad internacional para que Israel no construya ni en Jerusalén, ni en
ninguna parte de las fronteras de Israel que siguen siendo cuestionadas por
medio mundo y parte del otro.
Los árabes del presente, entre otros, se llamen como se
llamen siempre serán los mismos enemigos injuriosos contra Israel que paralizaron
en un primer momento la obra de reconstrucción de Jerusalén en los tiempos de
Esdras y Nehemías. Para colmo de males en la actualidad los árabes están en la
coalición del gobierno de Israel con la misma pretensión de antaño instigando para
que no se construya nada, ni hoy ni nunca. Jerusalén sigue pendiente de construcción,
reunificación y ampliación.
Las referencias históricas de la intervención malévola de
diferentes pueblos para paralizar la construcción en Jerusalén son claras al
respecto: “…cuando lo oyeron Sanbalat el horonita, Tobías el siervo amonita
y Gesem, el árabe, se burlaron de nosotros y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué
es lo que estáis haciendo? ¿Os rebeláis contra el rey?” Una vez más las
acusaciones de rebelión de los judíos contra el rey de turno, por parte de los
árabes, pretendían paralizar la reconstrucción de la Ciudad Santa. La
diferencia entre los árabes del tiempo de Nehenías con los de la actualidad es
que las injurias contra los judíos se presentaron ante un poderoso rey, pero
Biden no es el rey del imperio de la democracia norteamericana. La intromisión
de Biden y su inestable gobierno en la construcción de viviendas en la moderna
Jerusalén, paralizando las obras, es una batalla que ya tiene perdida por muy poderoso
que se presente ante la comunidad internacional.
"Hoy siguen instigando a la comunidad internacional para que Israel no construya ni en Jerusalén, ni en ninguna parte de las fronteras de Israel que siguen siendo cuestionadas por medio mundo y parte del otro"
Todos los que han cargado con la piedra o roca simbólica que
representa Jerusalén se han herido o han sido aplastados directamente tal como
les sucedió a sus primos los ingleses ejerciendo autoritarismo en Israel con el
hiriente título del Mandato Británico de Palestina. La misma suerte,
gramaticalmente hablando, que corrieron los británicos con la pérdida de su imperio
le acontecerá a Biden ¿Podría desmoronarse el imperio norteamericano tal cual
lo conocemos hoy? Lo primero que se va a desmoronar es el imperio progresista de
Biden y sus amigos árabes, europeos, españoles incluidos, y resto de perfiles antisemitas
que gravitan en la política seudo democrática de hoy en día. El resto del
imperio permanecerá si de nuevo Donald Trump accede a ser presidente de Estados
Unidos.
Los intentos de asesinatos diarios contra los judíos dentro
y fuera de Israel, los asaltos a las sinagogas, la vandalización de januquías en
diferentes encendidos públicos en la Fiesta de Janucá en este mismo año, junto
con todas las resoluciones incriminatorias contra Israel en la ONU, son
recompensados con la injerencia por parte de Biden impidiendo la construcción
de viviendas en Jerusalén.
El grito de guerra que resuena en nuestras conciencias ya lo
proclamaron cuando Nehemías dijo “levantémonos y edifiquemos”. El actual gobierno
de Israel, por muy progresista que también se crea, no puede ignorar la lucha
de nuestros antepasados por reconstruir Jerusalén y extender las fronteras tal
cual están establecidas en la Torá. El gobierno de Israel debe saber que el
enemigo lo tiene en casa. Bueno, mejor dicho, lo tiene dentro de su coalición
de gobierno progresista. El tiempo de levantarnos y construir ha llegado. Hazlo
saber.
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