El papel del esposo en el hogar
En la familia el papel del padre y de la madre son de vital importancia, aunque hoy trataremos específicamente el papel del esposo.
En anteriores enseñanzas tratamos el papel de la esposa, pero hoy vamos a tratar el papel del esposo ¿Cuál debería ser el papel del esposo en el hogar? Quisiéramos enfocar el papel del esposo en su relación con la esposa.
Lo primero a entender es que cuando se contrae matrimonio el esposo y la esposa dejan de ser dos personas individuales y pasan a ser una sola unidad dentro de la familia. No estamos hablando del rol masculino o femenino en el contexto del hogar sino del papel de la esposa y hoy en particular del papel del esposo. "Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne” Gén.2.24
El matrimonio es la unión de dos personas que han aceptado
ser una sola. La individualidad se convierte en una nueva personalidad formada
por un hombre y una mujer que se unen para dejar el cordón umbilical con la
familia que formaban anteriormente con los padres de ambos cónyuges. Cuando
hablamos de esposos o cónyuges estamos haciendo referencia al yugo compartido
que asumen el esposo y la esposa. Un yugo para compartir las cargas, las
preocupaciones y las alegrías. Los cónyuges llevan la misma carga en la misma
dirección con las mismas expectativas en el presente y para el futuro. Una
pregunta que debe hacerse en este caso el esposo es si está llevando la misma
carga que lleva su esposa.
En muchos casos lamentablemente el esposo no está consciente de la responsabilidad adquirida de compartir toda carga y se desentiende del cuidado de los hijos por citar un ejemplo. La esposa en la mayoría de los casos lleva una carga excesiva por la renuente actitud del esposo que considera que ya hace suficiente trabajando fuera del hogar para mantenerlo. Una justificación poco consistente e insensible con la necesidad de colaborar en todo en el hogar. Cuando entendemos correctamente que somos una sola carne al contraer matrimonio nos damos cuenta de que compartimos también toda la responsabilidad en la atención y cuidado de los hijos. Si somos uno estamos con el mismo yugo y vamos en la misma dirección juntos.
“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre” Mat.19.6
Lo que Dios juntó no solo fue carne con carne sino,
responsabilidad con responsabilidad; esfuerzo con esfuerzo, fe con fe, amor con
amor, alegría con alegría y también lágrimas con lágrimas. Todo lo que implica
ser una sola carne tiene que ver con unidad de acción y compromiso del uno para
con el otro. Toda ruptura del compromiso adquirido con el cónyuge implica una
separación en lo emocional y espiritual que cada vez se hará más grande hasta
llegar, más pronto que tarde, a una separación total la cual definimos como
divorcio.
"El esposo no ayuda a la esposa, sino que comparte el esfuerzo ya que, de los dos esposa y esposo, Dios hizo de ellos uno solo"
El Cielo nos unió en un yugo de igualdad en el cual se reparten las cargas y las alegrías por igual. El esposo que está desligado intelectual y emocionalmente de la responsabilidad compartida que Dios puso entre ambos cónyuges está quebrantando el mandamiento de ser una sola carne. En la práctica se está separando de su responsabilidad mediante la falta de ayuda y compromiso para con su esposa y resto de la familia.
Los que se olvidan de la ayuda mutua en el hogar se olvidan del sacrificio diario que su esposa hace por el bienestar de toda la familia y encima tienen la mala costumbre de criticar e irritar con su actitud áspera a la esposa. Todos necesitamos a una persona amable, sea esposa o esposo, a nuestro lado que se traduzca en una actitud compresiva y cariñosa. La aspereza entre cónyuges no se lima con duras respuestas y discusiones sino sencillamente con amor. "Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas” Col.3.19
"La ayuda del esposo en el hogar tiene como base la confianza absoluta en la esposa"
El esposo que desconfía de su esposa está obsesionado con la idea de que su esposa le pertenece. No entiende que los dos son uno, sino que ella le pertenece a él. Los celos posesivos son los causantes de muchas rupturas matrimoniales. Si la esposa sale del hogar, incluso para trabajar, en la mente del esposo celoso obsesivo se genera un torbellino de ideas por las cuales cree que se va a encontrar con algún otro hombre. La ayuda del esposo en el hogar tiene como base la confianza absoluta en la esposa.La desconfianza en la esposa es una enfermedad emocional y
espiritual que precisa corregirse para poder alcanzar un nivel de tranquilidad
y bienestar que afecte positivamente a toda la familia incluidos los hijos
¿Alguien puede llegar a pensar que los hijos no se dan cuenta de la
desconfianza de un esposo hacia su esposa? Los hijos son los primeros en darse
cuenta de la desconfianza de un padre hacia la madre lo que generará en ellos esa
misma desconfianza en sus futuras parejas. El daño emocional que se le hace a
los hijos cuando un esposo desconfía de su esposa e incluso se lo manifiesta a
esos hijos es totalmente destructivo para la familia del presente y del futuro.
El corazón de su marido confía en ella y no carecerá de
ganancias Prov.31.11
El marido o esposo debe confiar de corazón sincero en su
esposa bajo toda circunstancia. La esposa es inocente y por tanto merecedora de
una total confianza hasta que no se demuestre lo contrario. El esposo o la
esposa, ambos pueden desconfiar sin razón alguna del otro cónyuge, que no están
libres de esta lacra emocional cambian esta expresión y suelen decir que la
esposa es culpable mientras no se demuestre lo contrario. Los que entrada desconfían
de su cónyuge sufren y hacen sufrir innecesariamente a su pareja y al resto de
la familia ¿Hay esperanza para revertir esta situación? Naturalmente que se
puede revertir esta anomalía, pero siempre con la ayuda de un consejero o
consejera que puedan mediar en la pareja propiciando la correcta comunicación
entre ambos.
El que anda con chismes revela el secreto; el de espíritu
fiel lo guarda íntegro. Donde no hay dirección sabia, el pueblo cae; la
seguridad está en los muchos consejeros. Prov.11.13-14
El consejero aconseja, valga la redundancia, proponiendo siempre varias líneas de actuación en relación con un determinado problema. El consejero no da la solución sino las posibles soluciones para que los esposos se pongan de acuerdo en seguir un determinado consejo. En el caso de que los cónyuges sean creyentes lo primero es recurrir al Consejero que pueda aconsejar al consejero, que nos pretende aconsejar. Todo consejero o consejera por muy profesional que se crea debe tener al Admirable Consejo y Mayor que todos los consejeros.
Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado, y el
principado sobre su hombro. Se llamará su nombre “Admirable Consejero”, “Dios Fuerte”,
“Padre Eterno”, “Príncipe de Paz”. Is.9.6
La confianza de corazón del esposo en la esposa es una de las mejores ganancias medicinales para la familia. Muchas veces pensamos que las ganancias son una cuestión material, pero en el contexto de la vida matrimonial, establecida por Dios, la verdadera ganancia es la confianza plena en la esposa que redundará en otras ganancias de muy diferente tipología. El que ama a su esposa, entiéndase el que confía en ella de corazón, se está haciendo un bien así mismo. Por contraposición el que rompe la relación de amor con su cónyuge; deja de ayudar en el hogar desentendiéndose de sus responsabilidades y para colmo de males desconfía de su esposa se está haciendo un daño irreparable así mismo junto a toda la familia.
“Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus
mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama” Ef.5.28
En definitiva, podemos decir que el papel del esposo en el
hogar es ser uno con su esposa tal como el Señor diseñó la familia. El esposo
debe mantener el compromiso de unidad de acción y ayuda mutua. El esposo debe
involucrarse en la enseñanza y cuidado de los hijos siendo un ejemplo para que
los niños tengan un referente claro de cómo debe ser la familia. El esposo debe
ser una persona amable con todas las personas, pero especialmente con su esposa
siendo comprensivo, detallista y cariñoso. El esposo debe confiar de corazón en
la esposa animándola a superarse y acompañándola en lo que se proponga para el
bien de la familia.
El amor que el esposo tiene a su esposa repercutirá sobre el
mismo permitiendo que el matrimonio sea estable y un modelo ejemplar, como ya
señalamos, para sus hijos los cuales algún día también tendrán que formar una
familia. El esposo no ayuda a la esposa, sino que comparte el esfuerzo ya que,
de los dos esposa y esposo, Dios hizo de ellos uno solo. La responsabilidad y
la ayuda mutua siempre es compartida. Así debe entenderse básicamente el papel
del esposo en el hogar, aunque evidentemente hay muchas actitudes más que hacen
que un hogar sea un lugar de bendición para todos los que conforman la familia.
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia
de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 1Pedr.3.7
Los esposos insensibles por muy espirituales que se crean nunca alcanzarán sus objetivos personales y familiares sino dan el correspondiente honor a su esposa ya que el mismo Cielo la reconoce como coheredera de la gracia de la vida. El mayor se los estorbos que impide que nuestras oraciones lleguen a ser escuchadas es la falta de sensibilidad que podemos tener con nuestra esposa. El valor de la mujer, entiéndase esposa, sobrepasa largamente al de las piedras preciosas. El esposo debe tener como prioridad en su vida el reconocer el valor que tiene su esposa para el mismo y para su familia.
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