La contaminación global del adoctrinamiento gubernamental educativo
Todo naufragio en una forma u otra trae contaminación y en el campo de la globalización educativa las consecuencias son para muchas generaciones.
En el capítulo anterior nos preguntamos ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para salvaguardar a nuestros hijos de esta marea contaminada de la globalización y adoctrinamiento educativo? Lo primero para tener en cuenta es que todos nosotros somos responsables de que nuestros hijos estén siendo adoctrinados en los colegios de no hacer nada por nuestra parte para evitarlo.
Los tiempos de la inacción deben acabar radicalmente
exigiendo a las instituciones educativas que nos devuelvan la responsabilidad de
enseñar e instruir a nuestros hijos. Todo lo que aprendan o dejen de aprender es
exclusivamente responsabilidad de la familia. Una premisa que debe ser asumida por
todos nosotros es empezar a trasformar un sistema que está generando la mayor contaminación
global del adoctrinamiento gubernamental educativo a lo largo de la historia.
La intervención de las autoridades educativas debe
replantearse bajo la premisa de definir ¿Quién les ha dado el título de autoridad
educativa? Solo el nombre ya implica una presión psicológica para que releguemos
nuestra responsabilidad y le entreguemos al estado la autoridad para adoctrinar
a nuestros hijos.
La intervención de los diferentes gobiernos en la labor
educativa durante siglos no ha servido para mejorar a los niños y jóvenes como
es más que evidente y notorio. La dejación de la responsabilidad de educar a
los hijos por parte de los padres es consecuencia directa del secuestro gubernamental
que durante décadas se está llevando por parte de los gobiernos bajo la excusa
de la llamada “educación obligatoria” que no es más que el adoctrinamiento
obligatorio de cada generación de niños y jóvenes.
Los gobiernos no educan solo adoctrinan, manipulan y redirigen la libre opinión y la libertad religiosa hacia sus intereses gubernamentales. La gestación de una sociedad ignorante e ignorada es la que ha propiciado la invasión de Ucrania o las matanzas de cristianos en medio mundo sin que apenas levantemos la voz para denunciar tales masacres. Una ignorancia inducida para no sentir compasión con los más débiles y a la vez para debilitar a los más fuertes, espiritualmente hablando, e impedirles que hagan lo que deberían hacer por el bien del prójimo.
Los gobiernos por lo general hacen rimbombantes declaraciones de intenciones, pero no realizan efectivas acciones para corregir el daño que se está produciendo
Los libros de texto que se emplean de forma también obligatoria en los centros educativos son el “catecismo ideológico” y la herramienta para doblegar la conciencia de los niños y jóvenes hacia una determinada forma de pensar, de actuar y de interactuar en la sociedad. La formación de los niños es un eufemismo que debería entenderse como un puro y duro adoctrinamiento ideológico que está deformando la esencia de libertad que todos llevamos dentro.
Los libros de texto reportan millones de euros a las editoriales, a los gobiernos y a la industria de la supuesta educación que ve crecer sus resultados económicos año tras año
Los intereses de las editoriales no son educativos más bien son
intereses especulativos y económicos ¿Se enfrentan las editoriales con al
gobierno de turno cuando son obligados a publicar temas que van en contra de su
línea de pensamiento? Las editoriales siguen absolutamente los criterios
dictados por los gobiernos a la hora de diseñar los contenidos que se
impartirán en los colegios. Las editoriales no tienen libertad para publicar
materiales educativos pues están sujetas a los dictados gubernamentales. El
problema es más grave de lo que pudiera parecernos ya que hay implicados muchos
agentes que influyen en el contenido de los libros de texto.
La “libertad” de los padres se limita a llevar a sus hijos a
un cierto colegio, aunque esto da igual ya que los criterios dictados por los
gobiernos son los mismos en todos los centros educativos. Los llevemos a donde
los llevemos nuestros hijos serán adoctrinados igualmente sin importar el
barrio; la ciudad o la región de nuestro país. Los padres no tenemos libertad
de elección solo de ubicación para dejar a nuestros hijos en un lugar o en otro
que se le llama centro educativo. En términos generales hemos dejado la
educación en manos de los gobiernos o instituciones religiosas sin asumir que
solo nosotros somos responsables de la enseñanza, formación e instrucción de
nuestros hijos.
La contaminación global del adoctrinamiento gubernamental
educativo es una realidad que nos debería preocupar y llevar a tomar acciones
que minimicen la influencia perniciosa que reciben nuestros hijos. Por lo tanto,
lo primero es tomar conciencia de cuál es nuestra responsabilidad y asumirla.
El gobierno no puede dictar, léase adoctrinar a nuestros
hijos, sin que nosotros no hagamos nada por impedirlo. Por otro lado, tenemos
que repasar todos los días las lecciones que han recibido en el colegio y ayudar
a entender a nuestros hijos de la mejor manera lo que pretenden enseñarles.
Todos los libros de texto deben ser examinados a conciencia por los padres y
denunciar si hace falta ante los jueces los materiales que atenten contra la libertad
de conciencia, ética y moral.
Por nuestra parte estamos conscientes del gran esfuerzo que supone enfrentarse con un sistema establecido, pero no podemos simplemente encogernos de hombros y dejar que el tiempo pase. El futuro está más cerca de lo que pensamos y nuestros hijos serán afectados para el resto de sus vidas de no hacer nada por nuestra parte como familias y comunidades de fe que somos.
La instrucción religiosa, entiéndase como formación espiritual, es nuestra más sagrada responsabilidad que jamás puede ser dejada en manos de ninguna institución o gobierno que la sustente
Nuestros hogares deben ser comunidades familiares de fe
donde instruyamos a nuestros hijos con el mejor libro de texto que es la Biblia
y que es la base de la cultura Occidental. Otra clave para que todo proceso de cambio
tenga éxito está en aquellos que ejercen por convicción o por mero interés
económico la docencia ¿Qué valores deberían tener los docentes que enseñan en
los colegios? Si el Cielo lo permite hablaremos de ello en el siguiente capítulo.
Comentarios
Publicar un comentario
Comentarios, opiniones o consultas