Las fuerzas opuestas en la familia comunitaria (primera parte)

En cierta ocasión había dos hombres empujando un voluminoso piano, pero por mucha fuerza que hacían el piano no se movía del sitio. 

Los dos hombres de nuestra ilustración cansados de tanto esfuerzo se miraron y uno le pregunta al otro ¿No entiendo cómo no sale el piano? El otro sorprendido le contesta, pero ¿Tú estás sacando el piano? Si yo lo estoy metiendo. Una sencilla ilustración que nos deja entender lo que significan las fuerzas opuestas y contrapuestas en el contexto lo que hemos denominado familia comunitaria.

En la vida y en muchas ocasiones ni siquiera nos damos cuenta de que estamos haciendo fuerza opuesta y seguimos empujando, pero sin mover nada. Las fuerzas contrapuestas solo producen desgaste e inmovilidad ¿No es triste que tanto esfuerzo no nos lleve a ningún sitio? A pesar de saberlo insistimos hasta que desmayamos o hasta que destruimos lo construido a todos los niveles.

Con la situación internacional deteriorándose a pasos agigantados los enfrentamientos en el seno de la familia comunitaria solo producirán división y pérdida de fe a niveles inimaginables que debilitarán toda la estructura que soporta la mencionada familia comunitaria.

El tiempo de evaluar lo que estamos haciendo y lo que no estamos haciendo tiene que dar paso a un cambio drástico de prioridades en cada uno de nosotros. No somos individuos somos personas que formamos parte de una sociedad familiar y comunitaria.

En el contexto de la familia especialmente es donde más fuerzas contrapuestas se producen a diario. Los padres tratan de hacer fuerza hacia un lado, pero todo parece indicar que los hijos están ejerciendo una fuerza frontalmente contrapuesta.

En el matrimonio puede darse la misma situación en donde uno de los cónyuges tira para un lado y el otro en dirección contraria. Lo más lamentable es que estas fuerzas contrapuestas llevan mucho tiempo enfrentadas y podría llegar el momento en cual uno de los cónyuges incluso los dos desistan de seguir adelante con el matrimonio.

Las fuerzas opuestas enfrían el interés mutuo e incluso el amor en el contexto de la familia. La presión en contra de la familia será especialmente intensa tanto dentro del seno familiar como proveniente del mundo exterior. El amor debe ser cuidado por todos los miembros de la familia comunitaria ¿Se está enfriando el amor entre los miembros de la familia? Si es así es un claro síntoma de que las fuerzas contrapuestas están actuando en el entorno familiar.

“y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” Mat.24.12

Los divorcios aumentan espectacularmente bajo la premisa de no poderse soportar el uno al otro. Las fuerzas contrapuestas u opuestas no empiezan de un día para otro, sino que llevan ocurriendo largo plazo de tiempo en una forma de lucha sorda y ciega en la cual uno pretende vencer al otro. El efecto es devastador en el conjunto de la familia cuando no se abordan a tiempo los primeros enfrentamientos entre esposos; también entre padres, hijos o hermanos y demás miembros del conjunto familiar.

Las fuerzas opuestas en la familia son totalmente destructivas rompiendo todo compromiso de cuidar los unos a los otros con el respeto propio que cada uno merece. El respecto a los padres es la base en la cual una familia se sustenta debiendo ser parte del compromiso que tienen los hijos por los padres. Cuando no hay respeto a Dios tampoco hay respeto a los hombres en general y a los padres en particular. 

El caso del juez injusto es un ejemplo para tener en cuenta ya que podría pasarnos a nosotros, salvando las diferencias, que nos convirtiéramos en una especie de jueces injustos ejerciendo oposición contra la familia comunitaria.

“Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre” Historia de la vida del Mesías de Lucas (Luc.18.2)

Otro síntoma de que la familia comunitaria está bajo presión y bajo fuerzas contrapuestas es la falta de respeto a los padres entiéndase padre y madre. La primera responsabilidad de los hijos es respetar y dar el debido honor a los padres. Si en la familia no se respeta a los padres es que está actuando de forma evidente las fuerzas contrapuestas que pretenden destruir todo lo alcanzado en el cuidado mutuo dentro de la familia comunitaria. De la misma manera los hijos deben ser respetados por los padres al nivel que les corresponde.

Unos hijos que no respetan a su madre y a su padre denotan que están bajo fuego enemigo para que la familia sea afectada desde la base. El respeto y la honra a los padres es la base sobre la cual se estructura una familia comunitaria ¿Estás respetando y honrando a tus padres como es debido? La respuesta a esta pregunta determinará el nivel de ataque al que está sometida la familia.  

“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra” Carta a la Comunidad Judía en Roma (Rom.13.7)

Lo primero para poder solucionar un cierto problema sea de la índole que sea es poder identificar lo que está pasando y tomar la decisión de solucionarlo. No podemos solucionar algo sin estar conscientes que existe un problema. Las veces en las que evadimos tratar ciertas situaciones solo hacen que se alarguen los problemas y que tomen control de nuestras emociones. Cada vez que evitamos tratar un tema en el entorno de la familia estamos dañando la relación entre todos los miembros del ya mencionado conjunto familiar y todo esto es transportable al entorno comunitario.

La comunidad es como una familia en la cual el problema acontece cuando cada uno de los miembros hace fuerza en diferentes direcciones ¿Estoy ejerciendo fuerza contrapuesta a mi familia y comunidad? Hay que identificar si estamos ejerciendo oposición o si estamos colaborando por el bien común de la familia.

Por lo general las fuerzas opuestas surgen por enfrentamientos de carácter o por la influencia de ciertas experiencias vividas de fracaso que arrastramos desde la infancia. La importancia de proveer un ambiente sano en el sentido más amplio de la palabra, tanto a nuestro cónyuge como a nuestros hijos, va a determinar si hay mucha de la fuerza contrapuesta que se está ejerciendo de los unos contra los otros.

El ambiente emocionalmente sano en la familia limita las posibilidades de enfrentamiento y posicionamientos contrarios a los principios que mantienen la familia comunitaria. La advertencia sobre las fuerzas contrapuestas en la familia comunitaria, que pertenece a un pueblo, están representadas con dos ejemplos en este pasaje que leemos a continuación.

“No sea que haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy del Señor, nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo” Deut.29.18

Los choques, conflictos, oposiciones y enfrentamientos entre esposos o padres e hijos producen hiel y ajenjo emocional espiritual que tienen que ver con oscuridad, venenosa amargura o falta de respeto y honra a los padres. La figura empleada aquí es la raíz de hiel y ajenjo dando a entender algo que no está a la vista y que hace indudablemente daño a nivel personal y familiar. 

En muchas ocasiones las fuerzas opuestas, como señalamos al principio, no están a la vista, pero sus venenosos efectos sí. En este punto es muy importante saber lo que es y no es la familia comunitaria, pero eso será parte del próximo capítulo.

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