Yom Kipur ¿Para qué ayunamos?

El Día de la Sentencia o Yom Kipur es uno de los días más transcendentes que marcará aquello que nos vaya a suceder en el resto de este nuevo año.

El ayuno de Yom Kipur no es solo una mera cuestión de abstención de alimentos para conseguir algo o pedir algo. El ayuno en Yom Kipur va más lejos de ser percibido como un día de incomodidad y malestar por dejar de comer. El ayuno en el contexto de Yom Kipur implica muchas más cuestiones que podríamos pasar por alto de no tener claro la razón por la cual pretendemos ayunar. La pregunta que debemos hacernos de forma prioritaria es ¿Para qué ayunamos? El por qué ayunamos tal vez lo podemos tener más claro, pero el para qué es la pregunta que nos tenemos que contestar antes de entrar en tan especial ayuno como es el de Yom Kipur.

En la mayoría de los casos se puede llegar a pensar y creer que ayunamos para ser perdonados, aunque esto es lo más alejado de la realidad por lo cual deberíamos ayunar. El ayuno establecido por Dios tiene que ver con obedecer la voluntad de Dios en contra de nuestros propios deseos y no tanto con ser perdonados por el mero hecho de ayunar.

Los sacrificios de los que se agrada Dios no son pasar hambre para merecer el perdón. La forma práctica para ser perdonados es obedecer a Dios y seguir sus “reglas” en otras palabras sus Mandamientos. En algunos casos el ayuno es una especie de justificación para sentir que hemos hecho algo bueno o como ya dijimos para merecer el perdón. Los que creen que Dios los va a perdonar, si o si, por ayunar podrían estar ofendiendo al Creador de una forma absurda.

"En la mayoría de los casos se puede llegar a pensar y creer que ayunamos para ser perdonados, aunque esto es lo más alejado de la realidad por lo cual deberíamos ayunar"

Las referencias al ayuno de Yom Kipur entre otras la encontramos en el Libro de Levítico (23.27-28) donde se nos dice “A los diez días de este séptimo mes (Tishré) será el día de expiación; tendréis santa convocación, afligiréis vuestras almas y presentaréis una ofrenda quemada al Señor. Ningún trabajo haréis en este día, pues es día de expiación, para reconciliaros delante del Señor, vuestro Dios” ¿Qué se nos dice que hagamos el día diez del mes séptimo? Lo primero que hemos de tener en cuenta es que tengamos una santa convocación que como es evidente implica estar juntos en un mismo lugar, aunque podríamos estar juntos en un mismo lugar y no estar unánimes con un mismo propósito.

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía! Salmo 133:1

La Convocación Santa o Santa Convocatoria es un llamamiento para congregarnos en ciertos y especiales días como son las Festividades. Por lo tanto, deberíamos considerar que Yom Kipur es también una Convocatoria Santa con fines y objetivos santos. Una vez que nos hemos reunido tenemos que buscar la unanimidad de objetivos personales, familiares y comunitarios. La aflicción de la cual nos habla este pasaje implica reflexión o recuento de nuestras acciones en los niveles reiteradamente nombrados, a saber, el nivel personal, conyugal, familiar y comunitario. La necesidad que tenemos todos es la de una sincera reflexión de aquello que estamos haciendo mal y de aquello bueno que no estamos haciendo.

La reflexión también implica no olvidarse de los compromisos adquiridos con Dios y con los hombres. La falsa espiritualidad nos hace pensar que solo tenemos obligaciones con Dios cuando esto es lo más opuesto a la voluntad del Señor.

El Día de Yom Kipur es un día de expiación o pago de lo que hemos hecho nosotros o por lo que otros han hecho que también debe ser pagado. No deberíamos presentarnos a un juicio sabiendo que tenemos deudas, sean del tipo que sean, y pensar que saldremos justificados o perdonados por haber ayunado en este contexto de Yom Kipur. El Día de la Sentencia, como su propio nombre indica, se nos da una sentencia que podría ser de absolución o de condena por las faltas cometidas.

El “trabajo” espiritual que se nos demanda en Yom Kipur es empezar a pagar lo que debemos con el compromiso de saldar las deudas lo antes posible. En este punto de nuestra particular y personal historia estaremos más preparados para poder contestar a la pregunta que nos hicimos al principio de esta reflexión ¿Para qué ayunamos? El objetivo tiene que estar muy claro para poder entender lo que el Cielo espera de cada uno de nosotros.

"La falsa espiritualidad nos hace pensar que solo tenemos obligaciones con Dios cuando esto es lo más opuesto a la voluntad del Señor"

La respuesta a la pregunta ¿Para qué ayunamos? está contestada en este mismo pasaje cuando se nos dice “para reconciliaros delante del Señor, vuestro Dios”. En Yom Kipur se nos manda reconciliarnos los unos con los otros en la presencia o delante de Dios. No se trata de reconciliarnos con el Señor, que también, el énfasis es reconciliarnos los uno con los otros. El amigo con el amigo; el esposo con la esposa; el hermano con el hermano, en otras palabras, la reconciliación a todos los niveles familiares.   

En este punto hemos de tener muy en cuenta que solo es posible reconciliarse adecuadamente cuando nos juntamos un mismo día; en un mismo lugar y con una misma actitud de reconciliación en todas las partes implicadas. Aquí la Santa Convocatoria cumple con el objetivo de reunirnos con los mismos fines y propósitos santos.

El ayuno debería servir entre otras cosas para lamentarnos por nuestra falta de verdadera reconciliación entre nosotros; con el prójimo y con nuestra comunidad. La reconciliación siempre es entre nosotros como familias; la comunidad y el Señor. Hacemos lo malo cuando no queremos reconciliarnos entre nosotros y hacemos lo malo por desobedecer la voluntad de Dios de que nos reconciliemos como pueblo con el Creador.

Yom Kipur no se debería entender como meramente el Día del Perdón sino en un sentido más amplio como el Día de la Sentencia en el cual podríamos ser perdonados, pero ¿Qué se nos pide para ser perdonados? Reconciliación sincera delante del Señor como Juez Justo.

El perdón es una sentencia de absolución por algo que hemos hecho mal o algo que no hemos hecho bien que en términos de la Ley de Dios es la misma falta ¿De qué depende que seamos absueltos o condenados en la sentencia de Yom Kipur? El perdón como ya hemos dicho es una sentencia también, pero aquí depende del para qué ayunamos que la sentencia tenga un sentido u otro. La razón por la cual ayunamos, el para qué, es para reconciliarnos los unos con los otros delante de Dios. La Sentencia positiva o condenatoria va a depender de nuestra disposición a pedir perdón y no tanto si nos perdonan o no nos perdonan los demás. Lo que el Cielo va a evaluar es nuestra actitud ante la tesitura de pedir perdón a quienes hemos ofendido o hecho daño en una u otra forma.

Yom Kipur es el Día de la Reconciliación entre cada uno de nosotros y el prójimo delante de Dios como Justo Juez que dictará una sentencia que afectará nuestra vida cotidiana el resto del año hasta el próximo Yom Kipur.

La reconciliación o no reconciliación con el prójimo afectará definitivamente a nuestra reconciliación y relación con el Creador. No es posible en términos jurídicos bajo la Ley de Dios no querer reconciliarse con el prójimo y querer reconciliarse con el Señor. El choque entre dos conceptos opuestos acaba siempre en tragedia de una forma o de otra. El Día de la Expiación es el día en que tenemos que pagar nuestras deudas emocionales y espirituales sin olvidar las deudas de carácter material. El concepto expiar, como ya señalamos, tiene que ver con pagar una deuda que en este caso especialmente es una deuda de relación con el prójimo que debe entenderse como un paso previo para poder reconciliarnos con Dios.

En Yom Kipur se nos llama como cónyuges, familia, comunidad o pueblo a reconciliarnos entre nosotros, en la presencia de Dios como Juez, para poder reconciliarnos de forma efectiva con el Creador. La actitud y la acción de reconciliarse delante de Dios con el prójimo es la medida que determinará la sentencia y por tanto lo que vamos a experimentar a lo largo del año. 

Todo lo que no solucionemos o empecemos a solucionar desde ELUL, pasando por Rosh Hashaná hasta Yom Kipur, empeorará definitivamente a partir del Día de la Sentencia.

Si por nuestra parte hemos empezado un proceso de reconciliación este irá creciendo y dará buenos frutos de apacible justicia ¿Qué podemos hacer si queremos reconciliarnos, pero la otra parte no está dispuesta o dispuesto a la reconciliación? Rezar tantas veces como nos sea posible rogando la intervención de Dios. Hay cosas que no podemos cambiar por nuestras propias fuerzas por muy buena disposición que tengamos. La intervención de Dios es el recurso necesario para que alcancemos la paz con los demás y esto siempre que dependa de nosotros.

En Yom Kipur se dicta la sentencia y lo que pase a partir de ese momento irá marcando el devenir del año. Los libros serán abiertos y en ellos quedarán reflejados nuestras intenciones, actitudes; las cosas malas que hacemos y las buenas que dejamos de hacer. En definitiva ¿Para qué ayunamos? Para reconciliarnos delante del Señor como cónyuges, familia y comunidad que dará como resultado la correcta reconciliación con Dios. Lo que pase el resto del año es cosa de nuestra absoluta responsabilidad. No se nos ocurra echar la culpa a otros o peor aún echar la culpa a Dios por lo que nos pueda pasar.

Rogamos al Cielo que este año sea dulce; seamos y tengamos cabeza y que sirvamos a los propósitos que Dios ha establecido de antemano para cada uno de nosotros como cónyuges, familias y comunidad. La palabra clave en Yom Kipur es por tanto reconciliación. Hazlo saber.

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