La mezcla espiritual más contagiosa y mortal
En el plano físico algunas enfermedades pueden ser contagiosas llegando en algunos casos a producir la muerte. En el plano espiritual todas las enfermedades son contagiosas e igualmente pueden producir la muerte tanto física como espiritual. Toda mezcla de carácter espiritual trae consecuencias trágicas, pero ¿Cómo nos contagiamos del mal? ¿Qué formas tiene el mal para dominarnos? ¿Podemos ser libres de la influencia del mal? Estas preguntas y algunas más las vamos a tratar en este capítulo. La palabra clave en toda esta enseñanza es NO MEZCLAR.
Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie. Tu campo no sembrarás con mezcla de semillas. No te pondrás vestidos con mezcla de hilos. Levítico 19.19
El énfasis en la Escritura es no mezclar nada; no mezclarse con nadie y mucho menos mezclar lo santo con lo inmundo. Los hombres deben vestir ropa de hombre y la mujer ropa de mujer. No se puede mezclar la ropa que es para hombre o mujer. No se pueden mezclar las semillas en la siembra. No se pueden mezclar las diferentes especies de animales. No se puede mezclar a un buey con un asno en el arado. No se puede mezclar un creyente con un incrédulo. No se puede llevar ropa hecha de la mezcla de lana con lino. Todas las mezclas degradan o quitan la fuerza espiritual especialmente cuando se trata de pureza mezclada con inmundicia.
“Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a la derecha ni a la izquierda, para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado entre vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos” Josué 23.6-7
La primera pregunta es ¿Cómo nos contagiamos del mal? La enfermedad espiritual existe y existirá en el futuro pues no es ni más ni menos que el resultado de hacer lo que no debemos y de no hacer lo que debemos. La Escritura enseña que al que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es contado como pecado, pero ¿Qué es el pecado? El pecado es una enfermedad contagiosa que en nuestros días ha alcanzado el grado de pandemia por tanto ¿Cómo llegamos a contagiarnos del mal? Nos contagiamos por el pecado de creernos espirituales; por la negligencia de no hacer lo bueno que sabemos y por mezclar lo espiritualmente bueno con lo que es parte del mundo de la oscuridad. Toda mezcla así es abominable para Dios.
El creerse con autoridad espiritual es uno de los pecados que más peligro tienen para aquellos que con soberbia y orgullo creen que pueden liberar, sanar e incluso se atreven a dar órdenes a Dios mezclando lo verdaderamente espiritual con aquello que es absolutamente parte del mal. La peor enfermedad y a la vez la más contagiosa es creernos con autoridad espiritual. En términos generales los que se creen con autoridad espiritual están exponiéndose ellos mismos y exponiendo a otros a caer en la misma tentación de creerse mejores que los demás y por tanto en un riesgo tanto espiritual cómo físico.
A lo largo de la Escritura encontramos muchos ejemplos de las consecuencias de creernos con una autoridad espiritual que no ha venido del Cielo y mezclarla con todo aquello relacionado con el mal en todas sus variadas formas ¿Significa esto que hay autoridad espiritual que no viene de Dios? La autoridad espiritual puede venir del mal para que ejecutemos sus designios en contra de la voluntad de Dios. El Mal con mayúsculas tiene autoridad, aunque siempre estará limitada bajo la voluntad del Altísimo.
“porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” Carta a la Comunidad Judía en Éfeso (Efesios 6.12)
La guerra en la que estamos no es contra personas, sino contra autoridades espirituales que solo podemos vencer con la verdadera autoridad del Cielo en nuestra vida que es el resultado de la obediencia, confianza y fe exclusiva en Dios y su Palabra. Todos aquellos que obedecen, confían o creen en algo o en alguien que no sea Dios están bajo la influencia del mal en todas sus posibles formas.
Los hay que confían en ungüentos mágicos; en objetos milagrosos; en el horóscopo y todas sus vertientes exotéricas. Todos ellos y otros muchos contagiados de variadas enfermedades espirituales no pueden creer en Dios ni obedecerle, aunque empleen el nombre de Yeshua (Jesús) en sus conjuros.
En el pasaje anteriormente leído se nos habla de principados que no son ni más ni menos que autoridades espirituales del mal que ejercen poder también sobre “territorios o lugares sujetos a la potestad de un príncipe”. Tal vez algunos no están conscientes que hay lugares físicos y espirituales bajo la potestad o autoridad de un príncipe, que en este caso es el “príncipe de este mundo”.
Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que, cuando suceda, creáis. No hablaré ya mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí. Juan 14.29-30
La autoridad del mal no deja de ser espiritual cómo lo es el concepto espiritismo que viene directamente de espíritu y en este caso de espíritu del mal o malo. La autoridad de los espíritus malos que son los que a su vez están bajo la autoridad del Diablo o príncipe de este mundo es una evidencia que es necesario entender y rechazar con toda la autoridad del Señor.
En este punto hemos de seguir enfatizando que todos los espíritus e incluso el Maligno están bajo la autoridad soberana de Dios. Los espíritus malos están limitados a lo que pueden hacer o no hacer por la autoridad que ejerce el mismo Cielo. Por la tranquilidad de algunos hemos de decir que toda autoridad, sea la que sea, está sometida a la autoridad de Dios. Nada puede hacer un espíritu malo sin el permiso del Cielo, excepto cuando alguien se somete voluntariamente bajo la oscura autoridad del mal.
Así, cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y la tocaba. Saúl se aliviaba y se sentía mejor, y el espíritu malo se apartaba de él. 1º Samuel 16.23
La autoridad del espíritu malo que atormentaba emocional y espiritualmente a Saúl quedaba anulada por la autoridad de David que evidentemente venía de Dios ¿Qué formas tiene el mal para dominarnos? Las formas en realidad son variadas, pero todas tendentes a inducirnos y hacer que seamos usados para dominar a otros llevándolos a confiar en el mal y sus muchas trampas, pero casi siempre bajo una falsa apariencia de espiritualidad buena.
Las llamadas ciencias ocultas son la puerta de entrada a los lugares donde el príncipe de este mundo ejerce autoridad. Todos los que se acercan de una forma u de otra al ocultismo están bajo la autoridad de poderes del mal. En Éfeso cuando vieron cómo un espíritu malo dominó, golpeó y desnudó a los del clan de Escevas surgió un profundo respeto o temor a Dios.
El clan de los Esceva estaba utilizando conjuros mágicos para dominar al espíritu malo sin apercibirse que ellos mismos estaban influidos por el mal a causa de las prácticas ocultistas que practicaban. Toda práctica ocultista, espiritista, mágica, ungüentos sanadores, limpiezas espirituales, consulta de espíritus de muertos, brujería, chamanismo, liberaciones esotéricas, lectura de las manos, predicción del futuro, sea en la forma que sea, es peligrosa, contaminante y abominable para Dios.
En nuestro tiempo muchos con apariencia espiritual están representando una función o papel que no les corresponde haciendo creer a otros que tienen la mencionada autoridad espiritual. Lo grave del asunto es que están utilizando el nombre de Dios y del Mesías en vano como si de un conjuro mágico se tratara para echar a los espíritus inmundos ¿Qué consecuencias tiene tomar un papel espiritual que no se corresponde con la verdad? Las consecuencias son lamentablemente terribles y dramáticas por creerse con una autoridad espiritual que no se tiene y que de tenerla viene del mundo de la oscuridad.
La advertencia de juicio en la Escritura es muy clara sobre aquellos que insisten en decir que tienen autoridad espiritual cuando sus acciones demuestran todo lo contrario, por muy disfrazadas de espiritualidad que estén. Un claro caso lo tenemos en el siguiente pasaje.
Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad y que había engañado a la gente de Samaria haciéndose pasar por alguien importante. Hechos 8:9
El tal Simón estaba contagiado espiritualmente a pesar de su aparente cambio dado que anteriormente ejercía la magia. Simón se hacía pasar por “alguien importante” que en otras palabras es que decía tener autoridad espiritual. Todos los que han practicado algún tipo de magia, espiritismo o brujería están contaminados del pecado de creerse con autoridad espiritual lo cual les hace peligrosos. Lo que tal vez no saben o no quieren saber es que la supuesta autoridad viene directamente del mal por lo cual están en peligro y ponen en peligro a otros contagiándolos del mismo espíritu de la oscuridad.
Las supuestas conversiones de muchos no son más que un cambio estético, pero no un cambio espiritualmente ético de pasar del mal al bien. La contaminación espiritual que trajeron no les fue quitada por una supuesta conversión que no fue en realidad conversión. Todos estos siguen andando a modo de “exorcistas ambulantes” contagiando a otros con el espíritu de creerse con autoridad espiritual ¿Cuál será su final? Lamentablemente nada bueno puede ser su final dado que están contaminando a otros de su misma enfermedad de creerse con autoridad espiritual. En el caso que tratamos de Simón lo que vemos es el mismo proceso de engaño que muchos que se llaman creyentes practican también en nuestros días.
A este oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, y decían: «Este es el gran poder de Dios». Estaban atentos a él, porque con sus artes mágicas los había engañado por mucho tiempo. Hechos 8:10-11
Aquí se puede ver con toda claridad la influencia del mal que tenía el nombrado Simón sobre muchos. No era solo una influencia en los más pequeños y los grandes socialmente hablando era también una influencia en los niños, jóvenes y adultos. El tal Simón había engañado a muchos por mucho tiempo, pero todo tiene límite en la vida y a algunos les llega en el momento que menos lo piensan ¿Cómo había engañado Simón a muchos? Con artes mágicas que ahora pretendía utilizar mezclándolas con la verdadera espiritualidad que viene de Dios. Nada más peligroso puede haber que pretender mezclar el mal con el bien; la luz con las tinieblas o al Mesías con el Maligno.
En el texto que tenemos de referencia cuando el clan de los Esceva pretendió liberar a uno que tenía un espíritu malo usando un conjuro mágico mezclando el nombre de Yeshua fueron desnudados y toda la ciudad Éfeso quedó conmocionada.
Esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era glorificado el nombre del Señor Jesús. Muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Hechos 19.17-18
Algo muy interesante de mencionar ocurrió aquí con muchos que habían creído, pero que seguían contaminados con las prácticas de las llamadas artes mágicas. El impacto en la ciudad de Éfeso se produjo por los milagros que Dios estaba haciendo por mano de Pablo y por el hecho que el clan de los Esceva quedó al desnudo literal y espiritualmente. La consecuencia fue que muchos de los que antes habían creído venían confesando y dando cuenta de sus hechos ¿Qué venían confesando? ¿De qué hechos daban cuenta? Venían confesando y dando cuenta de sus prácticas relacionadas con las artes mágicas.
Toda persona que haya estado practicando algún rito relacionado con las artes mágicas también conocido por Esoterismo no puede tener participación alguna en la verdadera autoridad espiritual. Los que habiendo estado contaminados con las artes mágicas supuestamente se convierten y empiezan a decir que tienen autoridad espiritual son los más peligrosos para los que sinceramente se han convertido de sus malos caminos ¿Cómo se manifestó en muchos que se habían arrepentido verdaderamente de su adicción a las artes mágicas? La respuesta la encontramos en el siguiente pasaje.
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su valor, hallaron que era de cincuenta mil piezas de plata. Hechos 19.19
Toda acción tiene una reacción y en este caso aquellos que habían practicado la magia trajeron los libros de magia, valga la redundancia, y los quemaron delante de todos. Una imagen muy descriptiva del gran cambio espiritual que estaba experimentando una ciudad en la que predominaba la magia y que además tenía algo raro para la época una gran cantidad de libros relacionados con las artes mágicas.
El relato nos cuenta que el valor de los libros de magia quemados era altísimo. Los cálculos son difíciles de hacer, pero el valor hoy en día podría ascender a más de trescientos mil dólares según algunos cálculos. Sea como sea era una cantidad altísima para la época lo que indica la cantidad y la gran difusión que tenía en Éfeso los libros de artes mágicas.
Como resultado de todo esto la Escritura, la Palabra de Dios, crecía y se extendía en contraposición a la terrible y mala influencia de las artes mágicas. La vida de muchos con enfermedades de todo tipo incluidas las espirituales eran transformadas. Los que se creían con autoridad espiritual usando además el nombre de Yeshua (Jesús) como su fuera un conjuro mágico estaban bajo un juicio de Dios que tarde o temprano se ejecutaría.
“Así crecía y prevalecía poderosamente la Palabra del Señor” Hechos19-20
A modo de advertencia hemos de indicar que los que se creen con autoridad espiritual y están contaminados por la práctica de las artes mágicas, aunque sea anterior a una supuesta conversión, son peligrosos para todos aquellos a los cual imponen las manos que es una manera espiritual de trasmitir dones de Dios y en contraposición trasmitir la influencia de los espíritus malos.
“al contrario, se mezclaron con las naciones, aprendieron sus obras y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina” Salmo 106.35-36
La mezcla espiritual más contagiosa y mortal es la que pretende, consciente o inconscientemente, usar el nombre de Dios y del Mesías como si fuera una especie de conjuro mágico para profetizar, sanar o liberar. Por todo esto muchos son contagiados y arrastrados a las mismas prácticas abominables. Las prácticas aparentemente espirituales están muy extendidas entre quienes han practicado todo tipo de esoterismo, supersticiones, rituales, brujería y después se identifican como profetas o lideres en ciertos grupos.
Avisados estamos para discernir el bien del mal y quitar de nuestra vida todo lo mezclado con las prácticas esotéricas cuyas consecuencias son dramáticas, terriblemente dramáticas y mortales. Todos estos ejemplos y muchos más lo que enfatizan es la pureza espiritual en contraposición a cualquier tipo de mezcla contaminada por el mal. No podemos mezclarnos con el mundo junto a todas sus enfermedades espirituales y pretender salir indemnes entiéndase sin daño.
La mezcla espiritual más contagiosa y mortal es creernos con autoridad espiritual. Ser negligentes en no hacer lo bueno que sabemos. Por mezclar lo espiritualmente puro y bueno con lo que es parte del mundo de la oscuridad y por usar el Nombre del Dios y del Mesías en vano como su fuera un conjuro mágico. Toda mezcla así es abominable para Dios y tiene consecuencias mortales.
Si este tema te ha resultado interesante deja un comentario, regálanos un me gusta y compáratelo en tus redes sociales para que tenga mayor visibilidad en YouTube.
En el próximo capítulo contestaremos a una pregunta que es muy importante responder por las implicaciones que tiene y que están directamente relacionadas con esta serie ¿Se puede trasmitir espíritus malos por medio de la imposición de manos? Si te preocupa esta pregunta nos vemos aquí el próximo sábado a la misma hora y en este mismo canal. Hazlo saber.
[1] El peligro de creerse con autoridad espiritual https://www.youtube.com/live/HjjIAzE7_OU?feature=share a través de @YouTube
En el capítulo anterior, continuación de este, hablamos del peligro de creerse con autoridad espiritual[1] y las consecuencias que ello conlleva en el plano físico, emocional y evidentemente espiritual. Si ya es malo y peligroso creerse con autoridad espiritual cuando se mezcla tal arrogancia con cuestiones relacionadas con el esoterismo y sus conjuros el resultado para quién lo hace pasa de peligroso a mortal. Si algo está absolutamente claro y prohibido en la Escritura es mezclar las cosas materiales y espirituales con el mal en todas sus formas.
Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie. Tu campo no sembrarás con mezcla de semillas. No te pondrás vestidos con mezcla de hilos. Levítico 19.19
El énfasis en la Escritura es no mezclar nada; no mezclarse con nadie y mucho menos mezclar lo santo con lo inmundo. Los hombres deben vestir ropa de hombre y la mujer ropa de mujer. No se puede mezclar la ropa que es para hombre o mujer. No se pueden mezclar las semillas en la siembra. No se pueden mezclar las diferentes especies de animales. No se puede mezclar a un buey con un asno en el arado. No se puede mezclar un creyente con un incrédulo. No se puede llevar ropa hecha de la mezcla de lana con lino. Todas las mezclas degradan o quitan la fuerza espiritual especialmente cuando se trata de pureza mezclada con inmundicia.
“Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a la derecha ni a la izquierda, para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado entre vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos” Josué 23.6-7
La primera pregunta es ¿Cómo nos contagiamos del mal? La enfermedad espiritual existe y existirá en el futuro pues no es ni más ni menos que el resultado de hacer lo que no debemos y de no hacer lo que debemos. La Escritura enseña que al que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es contado como pecado, pero ¿Qué es el pecado? El pecado es una enfermedad contagiosa que en nuestros días ha alcanzado el grado de pandemia por tanto ¿Cómo llegamos a contagiarnos del mal? Nos contagiamos por el pecado de creernos espirituales; por la negligencia de no hacer lo bueno que sabemos y por mezclar lo espiritualmente bueno con lo que es parte del mundo de la oscuridad. Toda mezcla así es abominable para Dios.
El creerse con autoridad espiritual es uno de los pecados que más peligro tienen para aquellos que con soberbia y orgullo creen que pueden liberar, sanar e incluso se atreven a dar órdenes a Dios mezclando lo verdaderamente espiritual con aquello que es absolutamente parte del mal. La peor enfermedad y a la vez la más contagiosa es creernos con autoridad espiritual. En términos generales los que se creen con autoridad espiritual están exponiéndose ellos mismos y exponiendo a otros a caer en la misma tentación de creerse mejores que los demás y por tanto en un riesgo tanto espiritual cómo físico.
A lo largo de la Escritura encontramos muchos ejemplos de las consecuencias de creernos con una autoridad espiritual que no ha venido del Cielo y mezclarla con todo aquello relacionado con el mal en todas sus variadas formas ¿Significa esto que hay autoridad espiritual que no viene de Dios? La autoridad espiritual puede venir del mal para que ejecutemos sus designios en contra de la voluntad de Dios. El Mal con mayúsculas tiene autoridad, aunque siempre estará limitada bajo la voluntad del Altísimo.
“porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” Carta a la Comunidad Judía en Éfeso (Efesios 6.12)
La guerra en la que estamos no es contra personas, sino contra autoridades espirituales que solo podemos vencer con la verdadera autoridad del Cielo en nuestra vida que es el resultado de la obediencia, confianza y fe exclusiva en Dios y su Palabra. Todos aquellos que obedecen, confían o creen en algo o en alguien que no sea Dios están bajo la influencia del mal en todas sus posibles formas.
Los hay que confían en ungüentos mágicos; en objetos milagrosos; en el horóscopo y todas sus vertientes exotéricas. Todos ellos y otros muchos contagiados de variadas enfermedades espirituales no pueden creer en Dios ni obedecerle, aunque empleen el nombre de Yeshua (Jesús) en sus conjuros.
En el pasaje anteriormente leído se nos habla de principados que no son ni más ni menos que autoridades espirituales del mal que ejercen poder también sobre “territorios o lugares sujetos a la potestad de un príncipe”. Tal vez algunos no están conscientes que hay lugares físicos y espirituales bajo la potestad o autoridad de un príncipe, que en este caso es el “príncipe de este mundo”.
Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que, cuando suceda, creáis. No hablaré ya mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí. Juan 14.29-30
La autoridad del mal no deja de ser espiritual cómo lo es el concepto espiritismo que viene directamente de espíritu y en este caso de espíritu del mal o malo. La autoridad de los espíritus malos que son los que a su vez están bajo la autoridad del Diablo o príncipe de este mundo es una evidencia que es necesario entender y rechazar con toda la autoridad del Señor.
En este punto hemos de seguir enfatizando que todos los espíritus e incluso el Maligno están bajo la autoridad soberana de Dios. Los espíritus malos están limitados a lo que pueden hacer o no hacer por la autoridad que ejerce el mismo Cielo. Por la tranquilidad de algunos hemos de decir que toda autoridad, sea la que sea, está sometida a la autoridad de Dios. Nada puede hacer un espíritu malo sin el permiso del Cielo, excepto cuando alguien se somete voluntariamente bajo la oscura autoridad del mal.
Así, cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y la tocaba. Saúl se aliviaba y se sentía mejor, y el espíritu malo se apartaba de él. 1º Samuel 16.23
La autoridad del espíritu malo que atormentaba emocional y espiritualmente a Saúl quedaba anulada por la autoridad de David que evidentemente venía de Dios ¿Qué formas tiene el mal para dominarnos? Las formas en realidad son variadas, pero todas tendentes a inducirnos y hacer que seamos usados para dominar a otros llevándolos a confiar en el mal y sus muchas trampas, pero casi siempre bajo una falsa apariencia de espiritualidad buena.
Las llamadas ciencias ocultas son la puerta de entrada a los lugares donde el príncipe de este mundo ejerce autoridad. Todos los que se acercan de una forma u de otra al ocultismo están bajo la autoridad de poderes del mal. En Éfeso cuando vieron cómo un espíritu malo dominó, golpeó y desnudó a los del clan de Escevas surgió un profundo respeto o temor a Dios.
El clan de los Esceva estaba utilizando conjuros mágicos para dominar al espíritu malo sin apercibirse que ellos mismos estaban influidos por el mal a causa de las prácticas ocultistas que practicaban. Toda práctica ocultista, espiritista, mágica, ungüentos sanadores, limpiezas espirituales, consulta de espíritus de muertos, brujería, chamanismo, liberaciones esotéricas, lectura de las manos, predicción del futuro, sea en la forma que sea, es peligrosa, contaminante y abominable para Dios.
En nuestro tiempo muchos con apariencia espiritual están representando una función o papel que no les corresponde haciendo creer a otros que tienen la mencionada autoridad espiritual. Lo grave del asunto es que están utilizando el nombre de Dios y del Mesías en vano como si de un conjuro mágico se tratara para echar a los espíritus inmundos ¿Qué consecuencias tiene tomar un papel espiritual que no se corresponde con la verdad? Las consecuencias son lamentablemente terribles y dramáticas por creerse con una autoridad espiritual que no se tiene y que de tenerla viene del mundo de la oscuridad.
La advertencia de juicio en la Escritura es muy clara sobre aquellos que insisten en decir que tienen autoridad espiritual cuando sus acciones demuestran todo lo contrario, por muy disfrazadas de espiritualidad que estén. Un claro caso lo tenemos en el siguiente pasaje.
Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad y que había engañado a la gente de Samaria haciéndose pasar por alguien importante. Hechos 8:9
El tal Simón estaba contagiado espiritualmente a pesar de su aparente cambio dado que anteriormente ejercía la magia. Simón se hacía pasar por “alguien importante” que en otras palabras es que decía tener autoridad espiritual. Todos los que han practicado algún tipo de magia, espiritismo o brujería están contaminados del pecado de creerse con autoridad espiritual lo cual les hace peligrosos. Lo que tal vez no saben o no quieren saber es que la supuesta autoridad viene directamente del mal por lo cual están en peligro y ponen en peligro a otros contagiándolos del mismo espíritu de la oscuridad.
Las supuestas conversiones de muchos no son más que un cambio estético, pero no un cambio espiritualmente ético de pasar del mal al bien. La contaminación espiritual que trajeron no les fue quitada por una supuesta conversión que no fue en realidad conversión. Todos estos siguen andando a modo de “exorcistas ambulantes” contagiando a otros con el espíritu de creerse con autoridad espiritual ¿Cuál será su final? Lamentablemente nada bueno puede ser su final dado que están contaminando a otros de su misma enfermedad de creerse con autoridad espiritual. En el caso que tratamos de Simón lo que vemos es el mismo proceso de engaño que muchos que se llaman creyentes practican también en nuestros días.
A este oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, y decían: «Este es el gran poder de Dios». Estaban atentos a él, porque con sus artes mágicas los había engañado por mucho tiempo. Hechos 8:10-11
Aquí se puede ver con toda claridad la influencia del mal que tenía el nombrado Simón sobre muchos. No era solo una influencia en los más pequeños y los grandes socialmente hablando era también una influencia en los niños, jóvenes y adultos. El tal Simón había engañado a muchos por mucho tiempo, pero todo tiene límite en la vida y a algunos les llega en el momento que menos lo piensan ¿Cómo había engañado Simón a muchos? Con artes mágicas que ahora pretendía utilizar mezclándolas con la verdadera espiritualidad que viene de Dios. Nada más peligroso puede haber que pretender mezclar el mal con el bien; la luz con las tinieblas o al Mesías con el Maligno.
En el texto que tenemos de referencia cuando el clan de los Esceva pretendió liberar a uno que tenía un espíritu malo usando un conjuro mágico mezclando el nombre de Yeshua fueron desnudados y toda la ciudad Éfeso quedó conmocionada.
Esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era glorificado el nombre del Señor Jesús. Muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Hechos 19.17-18
Algo muy interesante de mencionar ocurrió aquí con muchos que habían creído, pero que seguían contaminados con las prácticas de las llamadas artes mágicas. El impacto en la ciudad de Éfeso se produjo por los milagros que Dios estaba haciendo por mano de Pablo y por el hecho que el clan de los Esceva quedó al desnudo literal y espiritualmente. La consecuencia fue que muchos de los que antes habían creído venían confesando y dando cuenta de sus hechos ¿Qué venían confesando? ¿De qué hechos daban cuenta? Venían confesando y dando cuenta de sus prácticas relacionadas con las artes mágicas.
Toda persona que haya estado practicando algún rito relacionado con las artes mágicas también conocido por Esoterismo no puede tener participación alguna en la verdadera autoridad espiritual. Los que habiendo estado contaminados con las artes mágicas supuestamente se convierten y empiezan a decir que tienen autoridad espiritual son los más peligrosos para los que sinceramente se han convertido de sus malos caminos ¿Cómo se manifestó en muchos que se habían arrepentido verdaderamente de su adicción a las artes mágicas? La respuesta la encontramos en el siguiente pasaje.
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su valor, hallaron que era de cincuenta mil piezas de plata. Hechos 19.19
Toda acción tiene una reacción y en este caso aquellos que habían practicado la magia trajeron los libros de magia, valga la redundancia, y los quemaron delante de todos. Una imagen muy descriptiva del gran cambio espiritual que estaba experimentando una ciudad en la que predominaba la magia y que además tenía algo raro para la época una gran cantidad de libros relacionados con las artes mágicas.
El relato nos cuenta que el valor de los libros de magia quemados era altísimo. Los cálculos son difíciles de hacer, pero el valor hoy en día podría ascender a más de trescientos mil dólares según algunos cálculos. Sea como sea era una cantidad altísima para la época lo que indica la cantidad y la gran difusión que tenía en Éfeso los libros de artes mágicas.
Como resultado de todo esto la Escritura, la Palabra de Dios, crecía y se extendía en contraposición a la terrible y mala influencia de las artes mágicas. La vida de muchos con enfermedades de todo tipo incluidas las espirituales eran transformadas. Los que se creían con autoridad espiritual usando además el nombre de Yeshua (Jesús) como su fuera un conjuro mágico estaban bajo un juicio de Dios que tarde o temprano se ejecutaría.
“Así crecía y prevalecía poderosamente la Palabra del Señor” Hechos19-20
A modo de advertencia hemos de indicar que los que se creen con autoridad espiritual y están contaminados por la práctica de las artes mágicas, aunque sea anterior a una supuesta conversión, son peligrosos para todos aquellos a los cual imponen las manos que es una manera espiritual de trasmitir dones de Dios y en contraposición trasmitir la influencia de los espíritus malos.
“al contrario, se mezclaron con las naciones, aprendieron sus obras y sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina” Salmo 106.35-36
La mezcla espiritual más contagiosa y mortal es la que pretende, consciente o inconscientemente, usar el nombre de Dios y del Mesías como si fuera una especie de conjuro mágico para profetizar, sanar o liberar. Por todo esto muchos son contagiados y arrastrados a las mismas prácticas abominables. Las prácticas aparentemente espirituales están muy extendidas entre quienes han practicado todo tipo de esoterismo, supersticiones, rituales, brujería y después se identifican como profetas o lideres en ciertos grupos.
Avisados estamos para discernir el bien del mal y quitar de nuestra vida todo lo mezclado con las prácticas esotéricas cuyas consecuencias son dramáticas, terriblemente dramáticas y mortales. Todos estos ejemplos y muchos más lo que enfatizan es la pureza espiritual en contraposición a cualquier tipo de mezcla contaminada por el mal. No podemos mezclarnos con el mundo junto a todas sus enfermedades espirituales y pretender salir indemnes entiéndase sin daño.
La mezcla espiritual más contagiosa y mortal es creernos con autoridad espiritual. Ser negligentes en no hacer lo bueno que sabemos. Por mezclar lo espiritualmente puro y bueno con lo que es parte del mundo de la oscuridad y por usar el Nombre del Dios y del Mesías en vano como su fuera un conjuro mágico. Toda mezcla así es abominable para Dios y tiene consecuencias mortales.
Si este tema te ha resultado interesante deja un comentario, regálanos un me gusta y compáratelo en tus redes sociales para que tenga mayor visibilidad en YouTube.
En el próximo capítulo contestaremos a una pregunta que es muy importante responder por las implicaciones que tiene y que están directamente relacionadas con esta serie ¿Se puede trasmitir espíritus malos por medio de la imposición de manos? Si te preocupa esta pregunta nos vemos aquí el próximo sábado a la misma hora y en este mismo canal. Hazlo saber.
[1] El peligro de creerse con autoridad espiritual https://www.youtube.com/live/HjjIAzE7_OU?feature=share a través de @YouTube
Un tema interesante e importante que ayudará a muchos
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